“Él se sabe el no favorito, sabe que tiene que estar por si acaso porque el riesgo de que se caiga la favorita, Sheinbaum, es alto. Entonces si se cae la favorita, se activa el Plan B y él puede ser el Plan B: cercano al presidente, secretario de Gobernación, y tiene una gran posibilidad de crecer porque está en una posición de que puede viajar todos los días dónde quiera, puede resolver asuntos en los estados y puede ir creciendo”, explica Roy Campos, director de Encuesta Mitofsky.
Un aspecto que llamó la atención esta semana y que fue retomado por medios nacionales fue la campaña de promoción de Adán Augusto en Moterrey. Un camión promocional circuló con su imagen en una foto en la que aparece levantando los brazos con el presidente López Obrador y la frase "#AdánVa, transformación Nuevo León".
En la historia de México hay varios secretarios de Gobernación que dieron el salto a una candidatura por la Presidencia de la República, y algunos de ellos la consiguieron: Gustavo Díaz Ordaz (PRI), Luis Echeverría (PRI), Francisco Labastida (PRI) y Santiago Creel Miranda (PAN).
Juan Pablo Navarrete, investigador de la Universidad de la Ciénega de Michoacán, explica que no debe sorprender que un presidente tenga un “favorito”, sin embargo, aclara que ello no garantiza obtener la candidatura ni mucho menos ganar la presidencia.
“No nos debe espantar que el presidente tenga un preferido, el asunto es que los últimos tres sexenios, dos de los preferidos no han obtenido la candidatura y uno perdió la elección. El preferido de Fox era Santiago Creel, la candidatura se la quedó Calderón. El preferido de Calderón era Ernesto Cordero, la nominación la obtuvo Josefina Vázquez Mota, y con Peña Nieto, la candidatura la quería Miguel Ángel Osorio Chong, pero la obtuvo José Antonio Meade, pero perdió la elección. El apoyo del presidente no es definitivo para obtener la candidatura o para ganar”, señala.
Hace prácticamente un año el presidente López Obrador “destapó” a su posible sucesor. Enlistó a Claudia Sheinbaum y a Marcelo Ebrard, además de Tatiana Clouthier, secretaria de Economía; Rocío Nahle, titular de Energía, a Esteban Moctezuma, embajador de México en Estados Unidos, y a Juan Ramón de la Fuente, representante de México ante la Organización de las Naciones Unidas. Sin embargo, de su tierra natal pronto saldría una “corcholata más”: Adán Augusto López, quien llegó a la Secretaría de Gobernación tras la salida de Olga Sánchez Cordero.