La también senadora con licencia manifiesta su optimismo porque se alcancen los 2.7 millones de firmas, pues dice que las que reporta el INE, solo son las capturadas con la aplicación, pero faltan las recolectadas por los más de 22,000 promoventes que registró el instituto.
“Hasta el 25 de diciembre sabremos cuántas firmas realmente se han recolectado. He visto en las calles que la mayoría de las firmas que se están recabando son de manera física, no en la aplicación. Lo que ahorita tiene el INE es lo que se ha recolectado vía la aplicación, pero hay 22,000 promoventes que están recolectando firmas”, destaca.
La asociación "Que siga la Democracia" entregó el jueves pasado un millón de firmas al INE con lo que de acuerdo con Gabriela Jiménez, representante legal de la organización, se elevará de 30 a 65% el avance.
De revocación a ratificación
Francisco Burgoa, catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México y experto en derecho constitucional, advierte que con el involucramiento de partidos y del propio presidente de la República, la esencia de la revocación de mandato como herramienta de democracia participativa ha sido trastocada.
“El mecanismo de revocación de mandato es de los ciudadanos, es para los ciudadanos… Los partidos políticos no tienen la legitimidad para solicitar la revocación de mandato. Se debe respetar que es un derecho de los ciudadanos y organizaciones políticas deben estar alejados de hacer convocatorias”, afirma.
En calles y avenidas del país se han instalado promotores para recolectar firmas que permitan organizar la revocación de mandato. Sin embargo, asociaciones civiles como “Que siga la democracia” y “Que siga el presidente” promueven la revocación de mandato como ratificación de mandato.
Francisco Burgoa explica que de esta forma, se incumple con la esencia de la revocación de mandato.
“Se está tergiversando a propósito el sentido de la revocación de mandato. Una consulta a la ciudadanía para que diga si el presidente de la República puede concluir su mandato de manera anticipada a partir de la pérdida de la confianza, está pasando a preguntar si el presidente debe continuar. Es un juego de palabras pero es diferente el sentido”, destaca.