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El COVID alcanza a AMLO...nueve meses después de contagios en el gabinete

El presidente Andrés Manuel López Obrador se contagió de COVID después de que 15 funcionarios cercanos a él lo padecieran; hasta la víspera se encontraba en su departamento en Palacio Nacional.
lun 25 enero 2021 11:59 PM
AMLO "detente"
En marzo de 2020, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, mostró dos estampas con la oración "Detente" que dijo serían sus“guardaespaldas” contra el COVID-19.

Ni la sana distancia, ni los “detentes”, ni el "escudo protector de la honestidad", ni el protocolo de prevención y control en Palacio Nacional pudieron evitar que el presidente Andrés Manuel López Obrador contrajera COVID-19 .

Su contagio representa el número 16 en el gabinete legal y ampliado en los últimos nueve meses, en que el mandatario ha sido cuestionado por el manejo personal que ha dado a la pandemia, al mantener sus conferencias presenciales, al seguir realizando giras de trabajo, pero principalmente por su negativa al uso de cubrebocas, de parte de él y algunos de sus colaboradores.

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El presidente dio a conocer la noche de este domingo su contagio, luego de un fin de semana con giras de trabajo por Nuevo León y San Luis Potosí, donde tuvo reuniones con gobernadores, empresarios y otros funcionarios federales y estatales, miemas en las que se le pudo ver sin mascarilla de protección.

Las autoridades de salud informaron que el presidente se encuentra con síntomas leves en su casa y que un equipo de especialistas, integrado por infectólogos, inmunólogos y neumólogos, se encuentra siguiendo el progreso de López Obrador.

De amuletos y argumetos

Desde que llegó el COVID-19 a México, López Obrador se rehusó a portar el cubrebocas. Ni en la conferencia de prensa matutina, ni en sus reuniones de seguridad, ni en sus giras, al mandatario se le veía con mascarilla. Solo la utilizaba cuando viajaba en avión o en lugares donde no había otra opción, como en Estados Unidos, cuando acudió a reunirse con su entonces homólogo Donald Trump, quien también era reticente a su uso.

Los argumentos del presidente fueron varios. Que seguía las recomendaciones del subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell o del secretario Jorge Alcocer, que no presentaba síntomas, que mantenía la sana distancia, que se lavaba frecuentemente las manos, e incluso que confiaba en sus “amuletos”, que mostró en una de sus conferencias matutinas.

"Detente, enemigo, que el corazón de Jesús está conmigo. Pero no hay ni siquiera enemigos, son adversarios, yo no tengo enemigos, ni quiero tenerlos", comentó en la conferencia del 18 de marzo, donde mostró una estampita de la oración "Detente" que llevaba en su cartera como "escudo protector" contra el COVID. La imagen llegó a los principales diarios del mundo con incredulidad.

El presidente se mostró reticente a cancelar sus actos públicos, a dejar de saludar a los ciudadanos, e incluso recomendó abrazarse.

“Miren, lo del coronavirus, eso de que no se puede uno abrazar; hay que abrazarse, no pasa nada”, dijo el 4 de marzo.

Aún en la fase dos de la epidemia, el presidente mantenía eventos públicos, saludos de mano, y acercamiento con pobladores de los sitios que visitaba. Nunca portó cubrebocas.

Solo el incremento de casos pausó las giras del presidente López Obrador. En abril de 2020, el mandatario informó que no saldría de la Ciudad de México, pero esa medida solo duró unas semanas, pues en mayo retomó sus salidas a pesar de la mayor parte del país operaba en color rojo del semáforo epidemiológico.

Gabinete contagiado

De Bérgamo, Italia, llegó el primer caso de COVID-19 a México que fue confirmado el 28 de febrero de 2020 y en cuestión de nueve semanas, el primer caso se registró en el gabinete federal. La secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, fue la primera en contraerlo y a ella le siguieron 14 secretarios y funcionarios de alto nivel, el último de ellos, el vocero y colaborador cercanísimo del presidente, Jesús Ramírez Cuevas, quien dio positivo el 10 de enero.

Ninguno de esos contagios hizo cambiar al presidente sus medidas de prevención.

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Conferencias presenciales

En el epicentro de la pandemia, la Ciudad de México, las conferencias presenciales de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, fueron pospuestas y se optó por realizarlas a distancia desde los primeros meses de la emergencia.

En Palacio Nacional, los periodistas que cubren sus conferencias preguntaban una y otra vez al vocero presidencial, Jesús Ramírez, cuándo modificarían el formato de las conferencias a modo digital, pero la respuesta del mandatario se dio en la propia conferencia, al rehusarse a que éstas cambiaran de formato.

Lo único que sí se modificó fue la cantidad de personas que podían ingresar al Salón Tesorería, pero ahí dentro, tanto funcionarios como reporteros podían o no usar cubrebocas, ello a pesar de que es una recomendación de instancias como la Organización Mundial de la Salud (OMS) .

AMLO muestra cómo se cuida del coronavirus | #EnSegundos

En ese espacio cerrado, en reiteradas ocasiones se le preguntó al presidente por qué no usaba cubrebocas, y la respuesta siempre fue la misma: “No es indispensable”.

Cuando el director de la OMS, Tedros Adhanom, solicitó a los líderes políticos usar el cubrebocas para dar el ejemplo, el mandatario volvió a rehusarse.

“Yo me guío por lo que me recomiendan los encargados de llevar a cabo toda la estrategia para enfrentar la pandemia (…) me han recomendado guardar la sana distancia, el aseo de mano, tener mucho cuidado. Me dice el doctor Hugo López-Gatell, que es el que me orienta, y el doctor Alcocer que no es indispensable”, aseguró.

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Aunque las autoridades afirman que hay casos asintomáticos de la enfermedad, para el presidente un indicador de sí tenía o no COVID-19, justo era si presentaba síntomas, hasta que informó que cada semana se realizaba una prueba para confirmar si era positivo.

Hace 14 días su vocero y director de Comunicación Social, Jesús Ramírez Cuellar, informó que había dado positivo. A pesar de que el funcionario es muy cercano, el presidente se presentó a la conferencia de prensa matutina e indicó que, a partir de ese momento, 10 meses de iniciada la pandemia, se implementaría un protocolo de prevención y control para las reuniones presenciales.

Como parte de ese protocolo se propuso promover reuniones virtuales mediante videoconferencias, pero cuando ello no fuera posible, utilizar espacios amplios que permitieran ventilación, mantener sana distancia, y limpieza frecuente de micrófonos y artículos de uso común.

También se sugería a los asistentes utilizar adecuadamente el cubrebocas de tela o desechable, no obstante, el presidente sostuvo reuniones como la del viernes pasado para atender la llamada del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, donde este protocolo no fue seguido, de acuerdo a la imagen emitida por la propia presidencia.

El presidente López Obrador, el canciller Marcelo Ebrard, el extitular de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo y Lilia Rubio, la traductora de la presidencia, se reunieron para la llamada con el mandatario estadounidense, Joe Biden.

Horas antes de informar su contagio, López Obrador sostuvo encuentros privados y públicos, en ninguno sin cubrebocas, y en otros más en lugares cerrados.

López Obrador dio positivo a COVID-19

Escépticos y contagiados

López Obrador se sumó a los políticos “escépticos” que se han contagiado de COVID-19, entre ellos el expresidente Donald Trump, al mandatario de Brasil, Jair Bolsonaro, y al primer ministro británico, Boris Johnson, quienes minimizaron la pandemia.

Trump fue uno de los líderes políticos en el mundo que se negó a utilizar cubrebocas, excepto contadas ocasiones. El político republicano se contagió y tuvo que ser ingresado al hospital. Bolsonaro, quien calificó como una “gripecita” al COVID-19, dio positivo a la enfermedad el 7 de julio.

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