Para los expertos consultados el caso Cienfuegos será una piedra en la relación bilateral. En México, el presidente impulsó reglas para la actuación de agentes extranjeros que tiene dedicatoria para la DEA; y en Estados Unidos no hay confianza en las autoridades mexicanas.
“Va a ser una relación tensa la relación bilateral, más en cuanto a la agenda de seguridad. La DEA tiene muy claro que en México no le van a facilitar el trabajo, que los van a tener completamente observados”, asegura Gutiérrez Priego.
Para Juan Carlos Calleros, especialista de la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle, en el tema de seguridad sin duda habrá desencuentros entre ambas administraciones .
“La agenda será sumamente complicada en materia de seguridad porque sí hay un gran desencuentro en los gobiernos de México y Estados Unidos. La seguridad en la frontera es un asunto de constante tensión”, advierte.
La agenda
Con la llegada de un demócrata a la Casa Blanca, la agenda bilateral no tendrá mayores cambios, pues se centrará en prácticamente las mismas prioridades: tráfico de armas, drogas y migración.
José María Ramos, experto en seguridad y gestión transfronteriza e investigador del departamento de Estudios de Administración Pública del Colegio de la Frontera Norte, explica que, si bien para México congelar el ingreso de armas es una prioridad, se ve complicado alcanzar acuerdos.
“Avanzar un control de las armas, va a implicar un cabildeo muy fuerte del propio presidente Biden, de (Kamala) Harris, (la vicepresidenta) y de todos los implicados, para que el Congreso pueda avanzar en una meditación de armas y sus efectos, que en México alcanzan más de 25,000 muertos por arma de fuego”.
De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de enero a noviembre de 2020 se reportaron 22,535 homicidios por arma de fuego, el 70% de los homicidios dolosos registrados esos 11 meses.
La Secretaría de la Defensa Nacional cada año ingresan al país alrededor de 200,000 armas a México, de las que el 70% provienen de Estados Unidos.
Otra de las prioridades en esa agenda será la migración. En la segunda mitad del gobierno de Trump, México contribuyó a disminuir en 70% el flujo de migrantes centroamericanos hacia Estados Unidos.
En la primera llamada que sostuvieron López Obrador y Biden abordaron el tema migratorio y se acordó darle continuidad al programa de apoyos para Centroamérica y el sur de México.
Estados Unidos también podría impulsar temas ambientales, respeto de derechos humanos y laborales en el marco de T-MEC.