Así, 17 OPLEs enfrentarán los próximos procesos electorales con integraciones incompletas, salvo que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) intervenga y defina la ruta a seguir.
Por primera vez desde que el INE tiene la atribución de designar consejeros locales, el Consejo General dejó vacantes en varios organismos, un hecho inédito en la historia reciente del instituto.
Entre los casos más relevantes está el del OPLE de Coahuila, única entidad que tendrá elecciones en 2026. De cuatro vacantes que debían cubrirse, sólo se designaron tres; la presidencia del organismo fue declarada desierta.
También quedaron sin titular los organismos de Campeche, Guerrero y Colima, donde se debían nombrar presidencias para los consejos que organizarán elecciones de gubernatura en 2027. Ninguna de las propuestas alcanzó mayoría calificada.
En Durango, de cuatro vacantes sólo se cubrieron dos; mientras que en Hidalgo y Nayarit —donde también se renovará el gobierno local en 2027— se eligió solo una de tres consejerías en cada caso.
En Puebla, una de tres vacantes quedó desierta; en Quintana Roo, tres de cuatro fueron cubiertas; y en Sonora, dos de tres. En Tamaulipas, sólo se designó a una de las tres vacantes, y en Tlaxcala, una consejería también quedó sin cubrir.
Los OPLEs que sí completaron su integración fueron los de Veracruz (dos vacantes cubiertas) y los de Aguascalientes, Baja California y Chihuahua, donde las tres posiciones en cada caso fueron designadas.
Durante la sesión, el consejero Martín Faz Mora lamentó la falta de acuerdos en un contexto en que se discute la posible desaparición de los OPLEs con la reforma electoral que podría aprobarse a inicios de 2026.
Las diferencias internas entre consejeros fueron evidentes. Jaime Rivera, Dania Ravel, Carla Humphrey y Faz señalaron la falta de coordinación y la ausencia del consejero Arturo Montaño, presidente de la Comisión de Vinculación del INE con los OPLEs, lo que —dijeron— dificultó la construcción de consensos.
Todos ellos evidenciaron las ausencias, por ejemplo del consejero presidente de la Comisión de Vinculación del INE con los OPLES, Arturo Montaño, lo que no permitió trabajar en la construcción de acuerdos.
Al parecer había otras prioridades, dijo Rivera. “Nunca antes habían imperado actitudes intransigentes y hasta sin argumentos para impedir la mayoría calificada. Simplemente era el no. O el sí al principio y después, siempre no”.
Esto debió ser “un trabajo de persuasión, negociación, construir consensos” pero fue notoria “la escasez de coordinación y de voluntad para promover tales consensos”.
Espadas dijo que hoy hicieron crisis “los conflictos que traen 30 meses de añejamiento, diríamos que han sido 30 meses, pero han pasado como 30 minutos bajo el agua” por diferendos internos.