“El PRI, que es mi partido, tiene una historia de luces y sombras”, declaró.
Su balance, sin embargo, nos es imparcial. Pinta al PRI como una organización política que afianzó la democracia en el país, a pesar de que gobernó durante 70 años sin alternancia política y fue acusado de fraude electoral en más de una ocasión. Considera que solo al final el partido “se orientó al beneficio de una serie de individuos”.
Ahora, acusa a Morena y a Andrés Manuel López Obrador de “jugar con las reglas de la democracia para destruirla” y de “crear un régimen de partido hegemónico para asegurar continuidad e impunidad”.
A decir de Zedillo, en estos aspectos no se diferencia Morena del PRI.
“La tragedia es que Morena, en su intento de construir un partido hegemónico, ha copiado lo peor del PRI, y nada de lo bueno. La corrupción guía su funcionamiento. El dispendio económico es más grave”, sostuvo.
“No tienen un proyecto para hacer de México un país moderno y con verdadera justicia social. Solo tienen un proyecto de poder. Ahí se ve el contraste más profundo. No estoy defendiendo al PRI, porque aunque yo me formé en él, hace muchísimos años que no me reconoce como uno de los suyos”, afirmó.