Entre ellas, las asociadas al bullying, acoso y hostigamiento sexual; el condicionamiento de calificaciones o apoyos a favores sexuales, además de la discriminación, violencia digital o piscológica y las agresiones físicas.
También compromete a las autoridades educativas a combatir las causas de la discriminación y violencia, especialmente aquellas que se ejercen en contra de la niñez y las mujeres, y a incluir la perspectiva de género en los planes de estudio.
El pronunciamiento subraya que en las escuelas no se debe obstruir, bajo amenazas o presiones, la presentación de denuncias por violencia ante cualquier instancia o autoridad.
Al presentar la declaratoria este miércoles, el secretario de Educación, Mario Delgado, aseguró que el objetivo es que las clases estén libres de violencia y ejercer la “cero tolerancia al silencio institucional”.
Explicó que los marcos curriculares del nuevo bachillerato nacional, que arrancó su implementación el 1 de septiembre, también incluyen formación socioemocional.
“Tenemos que hablar de las emociones. Nos educaron como si fuéramos solo seres racionales, pero somos fundamentalmente emocionales y hay que aprender a sentir, a conocer esas emociones. Aprender a leer la tristeza propia, a escribir la alegría compartida, a conjugar el verbo respetar en todos sus tiempos”, declaró.
Aunque la declaratoria se centra, sobre todo, en la eliminación de la violencia en contra de niñas, adolescentes y mujeres, sus criterios abarcan a todos los estudiantes.