El estudio, titulado: "Designación de cárteles como terroristas: implicaciones y desafíos en la relación México-Estados Unidos", alerta que los riesgos inherentes podrían extender su alcance más allá de lo estrictamente necesario para enfrentar a las organizaciones, particularmente en la Iniciativa Privada.
“En el ámbito empresarial, los efectos también podrían ser considerables. En un entorno económico globalizado, cualquier pago realizado por empresas, organizaciones o individuos vinculados, consciente o inconscientemente, a un cártel podría interpretarse como una forma de apoyo a organizaciones terroristas", apunta.
“Esto incluiría casos en los que tales pagos o recursos sean entregados bajo amenazas o coacción” indica el Observatorio, dedicado al análisis del entorno internacional y creado a partir de esta 65 Legislatura, en septiembre pasado.
Incluso, cita un documento elaborado en México en 2024 (por la binacional Cámara de Comercio de Estados Unidos AMCHAM/México), en el que detectó que cerca del 45% de los empresarios reportaron haber recibido demandas de extorsión para pagos de “protección”.
“En estos casos, como ejemplo, podría señalarse una contribución a la actividad delictiva. Así, el rango de conductas que podrían ser sujetas a sanción resulta sumamente amplio y discrecional”, advierte el Observatorio legislativo en el estudio elaborado por Mario Eduardo Maldonado Smith.
Las organizaciones de la sociedad civil que trabajan con víctimas del crimen, defensores de derechos humanos, periodistas y medios de comunicación que no sean afines al gobierno estadounidense también podrían verse afectados bajo argumentos de una presunta contribución indirecta al narcotráfico, según el estudio legislativo.
Fragmentación y 'efecto Sinaloa' en otros estados
Armando Vargas, coordinador del programa de Seguridad de México Evalúa, señala que la designación de los cárteles implica riesgos como la fragmentación de los grupos criminales en varias zonas del país como resultado del aumento en las labores de combate.
Ese fenómeno, considera el experto, puede ocasionar una violencia similar a la que hoy vive Sinaloa en otros puntos del país.
La "guerra" entre dos facciones del Cártel de Sinaloa , que tiene sumida a esa entidad en una ola de violencia, inició después de que el capo Ismael “El Mayo” Zambada fue detenido en El Paso, Texas, por una traición de Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
"Ahí se ha extendido la guerra intestina del Cártel de Sinaloa y el Estado mexicano no tiene ni recursos ni capacidades para mantener dos o más frentes de esta naturaleza a lo largo del territorio nacional, pero eso se podría reproducir ahora en más entidades en la disputa entre cárteles", indica Vargas.
“Existe el riesgo de que el presidente Donald Trump pues efectivamente busque, digamos, la desactivación inmediata de estas organizaciones a través de estrategias de detención y neutralización de objetivos prioritarios, como ocurrió con 'El Mayo' y eso derive en mayor violencia para México", agrega el analista.