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El Seguro Social absorbe programa IMSS-Bienestar pese a retos de financiamiento

A partir de este año, el Instituto Mexicano del Seguro Social se hará cargo de los gastos de los servicios de salud para la población abierta, pese a enfrentar sus propios retos financieros.
lun 21 julio 2025 11:59 PM
Gobierno transfiere al IMSS el programa Bienestar sin recursos adicionales
El programa IMSS-Bienestar opera en 81 hospitales rurales y beneficia a 10.8 millones de personas.

El Gobierno federal anunció la incorporación del programa IMSS-Bienestar, dirigido a la población sin afiliación de zonas rurales, al Instituto Mexicano del Seguro Social.

Si bien desde hace años el IMSS opera esta estrategia, recibía un subsidio de la federación. Ahora –con el reciente cambio- el programa será costeado con los propios recursos del Instituto, pese a enfrentar una situación financiera complicada.

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“El IMSS, ya sabemos, tiene una carga importante, no le sobran los recursos”, subraya Mariana Campos, directora de México Evalúa.

El programa IMSS-Bienestar fue creado en 1979, entonces con el nombre de IMSS-Coplamar. Conforme cambiaron los sexenios, la denominación del programa también se modificó. Se le ha llamado IMSS-Solidaridad, IMSS-Oportunidades y hasta IMSS-Prospera.

En el Gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador se cambió el nombre a IMSS-Bienestar. Su objetivo era extender los servicios de salud a personas sin afiliación social de zonas marginadas a través de 81 hospitales rurales.

Financiamiento de IMSS-Bienestar

La decisión de incorporar el programa al IMSS y no al Organismo Público Descentralizado IMSS Bienestar –que nació para sustituir al extinto Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) y actualmente administra los servicios de salud de las personas sin seguridad social en 23 estados del país– sorprendió a expertas en salud.

Para la directora de México Evalúa, el cambio responde a que el Gobierno federal ya no podía continuar con el financiamiento. Si el programa se trasladaba al organismo IMSS Bienestar, costeado en su totalidad por la Federación, implicaría asignar más recursos.

“Me parece que esto es producto de que, posiblemente, el Gobierno ya no podía financiar este programa. Me parece que está muy apretado el gasto, muy apretado el gobierno”, explica a Expansión Política.

El sector salud, incluso, ya sufrió recortes en 2025, al asignar menos dinero a 16 hospitales e institutos de salud federales. Y para 2026, la Secretaría de Hacienda planea reducir de 27 a 11 los programas presupuestarios de salud.

“Considero que el problema es presupuestario. Entonces, si el programa lo absorbía el IMSS-Bienestar, de todos modos era el Gobierno federal quien financiaba. En cambio, el IMSS tiene su reserva, sus propios ingresos. Quizás vieron una mayor viabilidad financiera en hacerlo así. Me parece que la decisión muy posiblemente es financiera más que operativa o jurídica”, agrega.

Cuestionado al respecto, el secretario de Salud, David Kershenobich, reconoció que habrá una reorganización de los programas, pero negó que eso signifique una disminución de los recursos, sobre todo de los destinados a las personas sin seguridad social, como son los beneficiarios del programa IMSS-Bienestar.

"El recurso de medicamentos no se ha recortado. Tampoco es un recorte del presupuesto en la atención médica. No es un problema de gasto, es un problema de cómo hacer más eficiente el servicio de salud", aseguró.

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Sin embargo, el programa IMSS-Bienestar ya no recibió recursos federales en 2025. En el Informe sobre la Situación Financiera y los Riesgos del IMSS, entregado al Ejecutivo y al Congreso el pasado 30 de junio, el Instituto detalla que el subsidio ya enfrentaba recortes. Ocurrió así en 2021, 2023 y 2024.

La menor asignación de recursos impactó la operación, debido a que el programa incrementó el gasto en personal médico pero con menos dinero disponible.

“Esta situación obligó a aplicar un recorte sustantivo en el resto de los conceptos de gasto en 2024 respecto a 2023: 21.9% en consumo de bienes; 41.2% en servicios generales, y 63.3% en inversión física. Esta circunstancia tuvo un efecto relevante en la operación del Programa IMSS-Bienestar si se considera que la mayor parte del capítulo de consumo de bienes se destina al gasto de medicamentos, vacunas, servicios de laboratorio, instrumental, accesorios médicos y víveres”, detalla el informe.

Para continuar los servicios de salud del programa y dar mantenimiento a los hospitales rurales o modernizarlos, el IMSS suscribió convenios con el Insabi, que le transfería recursos adicionales para seis proyectos de obra pública. Sin embargo, este monto cayó 89% en 2024, un año después de la eliminación del Insabi.

“Derivado de lo anterior, la conservación de inmuebles y la sustitución de equipo médico y electromecánico con término de vida útil han experimentado rezagos importantes en los últimos años”, se lee en el documento.

Además, el IMSS aprobó transferir 20,700 millones de pesos del saldo de los ingresos excedentes para financiar la continuidad de los servicios, el traspaso, operación y adecuación de las unidades médicas del programa IMSS-Bienestar a su Régimen Ordinario.

Finanzas del IMSS

Así que el programa IMSS-Bienestar ya arrastraba problemas económicos, cuya resolución quedará ahora en manos del IMSS Ordinario, financiado por cuotas tripartitas: aportaciones de los trabajadores afiliados, de los empleadores y del gobierno federal.

Pero el Instituto también enfrenta dificultades. Su informe financiero expone que los ingresos del instituto alcanzarán para cubrir sus gastos sólo hasta el año 2032. Estima, además, que de 2033 a 2054 se registre una insuficiencia de ingresos, aunque se podrá cubrir con el uso de las reservas financieras hasta el año 2036. Sin cambios en el esquema de financiamiento, a partir de 2037 el IMSS presentará un déficit actuarial.

Zoé Robledo, director general del Seguro Social, negó que esto signifique que el Instituto esté a punto de un colapso inminente, sino que las estimaciones buscan prevenir, planear soluciones y sirven para tomar decisiones financieras.

“El IMSS tiene suficiencia financiera programada de, al menos, hasta el 2037. Esto significa que los recursos estarán garantizados para atender a 80 millones de derechohabientes. Esto es un incremento de la suficiencia financiera de nueve años respecto a la situación que había en el IMSS en 2018”, afirmó.

El funcionario agregó que cuentan con estrategias para incorporar a más personas al IMSS Ordinario, incluyendo los casi 11 millones de beneficiarios del programa IMSS-Bienestar.

No obstante, las expertas consultadas sí ven presión para las finanzas del IMSS y un posible riesgo moral: que los afiliados costeen los servicios de las personas sin recursos para hacerlo.

“El financiamiento del IMSS viene de cuotas tripartitas y, ahora, parte de su financiamiento se destinará a población sin seguridad social. Lo complicado aquí pues sí es esta presión financiera para el IMSS, lo que representa”, explica Judith Méndez, directora adjunta de Investigación en el Centro de Investigación Económica Presupuestaria (CIEP).

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Aunque el gasto del programa representa alrededor del 4% del Seguro Social, éste sería insuficiente si realmente atiende a todos sus beneficiarios. Al estimar la cantidad de personas usuarias de los servicios del programa IMSS-Bienestar, solo 1 millón de los 11 millones se atiende en los hospitales rurales, expone la especialista.

Además, todos los sistemas de salud enfrentan grandes retos, como el cambio demográfico y el alto costo de las enfermedades crónicas, por lo que anualmente requieren más recursos para operar.

“La estructura de financiamiento no ha cambiado y sí ha cambiado el costo, por eso es que cada vez alcanza menos y no se está planteando hacer una reestructura en cómo se está financiando estos institutos”, advierte Méndez.

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