Hace dos décadas las matemáticas salvaron la producción de tequila mexicano. Parece increíble pero es real. La tequilera jalisciense Sauza había reducido la siembra de agave por sobreproducción y plaga. Sin embargo, el mercado del tequila creció y la compañía requería producir más con menos plantas. La solución la encontró el Centro de Investigación en Matemáticas (Cimat) con un modelo que partió de la ciencia básica. Los matemáticos descubrieron que no era necesario esperar hasta nueve años para la extracción del agave. Bastaba con tres.
“A veces piensa uno que la ciencia básica no sirve para nada, pero los científicos decimos que, a la larga, sí”, subraya la doctora Julieta Fierro, investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM. Ella recordó la anécdota del tequila para ilustrar que, cuando se invierte en ciencia, diversos problemas del mundo se pueden resolver.