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En busca del tiempo que perdió el Insabi: recuperar pacientes y mejorar atención

El Insabi sumó fallos en los tres años que operó que afectaron los servicios de salud. Con su extinción, los pacientes sin afiliación regresan a la incertidumbre de lo qué pasará con su atención.
sáb 06 mayo 2023 12:06 PM
Insabi compra de medicamentos (edificio del Instituto de Salud para el Bienestar)
Una nueva reforma a la Ley General de Salud desaparece las funciones del Insabi.

¿Qué pasará con la atención médica cuando desaparezca el Insabi? La duda es de Omar, vocero de un colectivo de padres y madres de niños con cáncer. La planteó ante autoridades del instituto en una reunión del 26 de abril. Otra vez, las personas sin seguridad social se enfrentan a no saber con claridad cómo acceder a los servicios de salud. Durante este gobierno les han cambiado dos veces el modelo. Primero, al desaparecer el Seguro Popular; después, con la próxima extinción del Insabi y su traspaso al IMSS-Bienestar.

“Con el nombre que tengamos, vamos a seguir haciendo la misma función, que es atenderlos a ustedes, no los vamos a abandonar (...). Como se llame, no importa”, le respondió Mónica Mieres Hermosillo, titular de la Unidad Coordinadora de Vinculación y Participación Social del Insabi.

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Sin embargo, los hechos han demostrado que la actual administración ha cambiado más que el nombre de las instituciones o los programas de salud.

Durante los tres años de operación del Insabi, las consultas médicas desaparecieron, se agudizó el desabasto de medicamentos por los errores en las compras públicas y se destinaron menos recursos a la atención de enfermedades de alto costo, como el cáncer. Estas acciones impactaron, sobre todo, a las familias con menores ingresos, quienes desembolsaron más de su bolsillo en la compra de medicinas y atención privada.

Aunque no sorprendió la reforma que formaliza la extinción del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) porque, en los hechos, el IMSS-Bienestar ya realizaba sus funciones, el nuevo cambio pone a las autoridades a luchar contra el reloj.

A un año de que termine el sexenio, el gobierno reorganiza los servicios sanitarios sin esta dependencia, debe recuperar a las personas que perdieron acceso a la atención médica y cumplir la meta, cada vez más lejana, de construir un sistema de salud como el de Dinamarca.

“Tienen que recuperar el tiempo perdido por el Insabi”, apunta en entrevista Rodolfo de la Torre, director de Movilidad Social del Centro de Estudios Espinosa Yglesias.

¿Por qué desaparecer el Insabi?

El 1 de enero de 2020 inició operaciones este instituto, creado por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Su tarea era ambiciosa: llevar atención médica y fármacos gratuitos a toda la población sin afiliación a instituciones de seguridad social. Para este fin, el gobierno eliminó el programa Seguro Popular, que desde hace años cubría a esta población.

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El Insabi fue creado durante el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador.

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Sin embargo, el plan fracasó, entre otros factores, porque el Insabi se propuso atender a mucha más gente que el Seguro Popular sin contar con un mayor presupuesto. Al contrario, el gasto por persona para atención se recortó, asegura el experto.

Un análisis del Centro de Investigación Económica Presupuestaria (CIEP) reveló que el gasto que el Insabi destinaba a la atención de cada persona cayó 2.1% respecto a 2022, al pasar de 3,773 pesos por persona a 3,694.

A decir de Octavio Gómez Dantés, investigador del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), el país vive, desde 2015, un deterioro de la oferta de servicios de salud para la población no asegurada, debido a grandes recortes presupuestarios, y este gobierno, con el Insabi, continuó con ello.

“No podemos pensar en ofrecer todo para todos cuando ni siquiera hemos podido restablecer los recursos que el Seguro Popular dispuso para esta población”, apunta.

Otro motivo es que el gobierno creó el Insabi sin un diagnóstico claro que justificara esa decisión y, además, ha apostado por centralizar los servicios de salud en una sola institución.

Los impactos

Los errores del Insabi llevaron a que las consultas cayeran drásticamente. En 2022 se otorgaron 102,000 consultas relacionadas con cáncer en mujeres. La cifra es 59% menor a la de 2016, cuando sumaron 248,000, de acuerdo con un análisis de México Evalúa.

Insabi compra de medicamentos (edificio del Instituto de Salud para el Bienestar)
Una nueva reforma a la Ley General de Salud desaparece las funciones del Insabi.

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El estudio El ocaso del Fonsabi, de los investigadores Mariana Campos y Jorge Cano, expone que para cáncer de mama se dieron 66,000 menos consultas en el mismo periodo y para cáncer cervicouterino 210,000 menos.

En los últimos dos años, apenas 5% de los gastos del Fondo de Salud para el Bienestar (Fonsabi), fideicomiso destinado a la atención de enfermedades de alto costo, como el VIH o el cáncer, se dedicó a ese objetivo. El 95% restante se ha usado para el gasto corriente del Insabi o se ha transferido a la Tesorería de la Federación, subraya el informe basado en datos de la Secretaría de Salud.

“Cuando una familia no accede a los servicios de salud y tienen que enfrentar gastos que no se habían considerado, esto pone en riesgo su vida y, además, tiene un impacto económico que puede afectar el patrimonio”, dijo Campos, coordinadora del Programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas de México Evalúa, en un diálogo de la organización.

Con esto, el gasto en VIH, que promedió 3.6 mil millones de pesos en el sexenio pasado, disminuyó a 1.8 mil millones de pesos en 2021, un recorte de 48%. Mientras que al cáncer infantil se destinaron 15 millones de pesos del Fonsabi, 97% menos que el promedio.

“Todo esto se puede agravar, no sabemos en qué magnitud, pero sí sabemos que esto ya venía ocurriendo y no se ve con claridad que el IMSS-Bienestar vaya a revertir esta situación”, agrega el De la Torre.

El reto para IMSS-Bienestar

Con la operación del Insabi, 15 millones de personas sin seguridad social perdieron acceso a servicios médicos. De éstas, 6.5 millones dejaron de recibir atención antes de la pandemia de covid-19. Así que el IMSS-Bienestar debe recuperar a esos pacientes y, además, sumar al resto de la población sin afiliación.

Es verdad que aquel organismo, que toma la batuta del Insabi, tiene experiencia en atención a comunidades marginadas. Pero, según especialistas en salud, esto no lo pone a salvo de heredar los mismos problemas que hundieron al instituto. Por ejemplo, el empeño de federalizar los servicios de salud.

La transición al IMSS-Bienestar, exponen, es una oportunidad de revisar este esquema y descentralizar algunos servicios, como la compra de medicamentos. Sin embargo, este organismo mantiene la ambición de federalizar los servicios y hay dudas sobre cómo financiará esto cuando más entidades federativas se sumen al plan.

“No hay buenos augurios para el IMSS-Bienestar en el futuro cercano”, advierte.

Auditoría al Insabi

Ante la desaparición del instituto, los especialistas consideran urgente realizar una auditoría a sus para determinar con transparencia el destino de los recursos.

“No es común que en una administración surja un proyecto tan ambicioso, que después es cancelado por la misma administración y se trasladen todos los recursos y responsabilidades a otra instancia”, apunta.

Mientras la transición se concreta, se pierde la esperanza de ver la mejora de los servicios de salud y la cobertura universal en este sexenio, que está a punto de terminar. La apuesta será exigir a las y los candidatos a la presidencia de la República propuestas eficaces en materia de salud.

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