Detrás del reto se esconden dos problemáticas graves que urge atender: la falta de control de los medicamentos que requieren receta y la salud mental de niños, niñas y adolescentes.
Los efectos del clonazepam
El clonazepam es similar al valium, ilustra el doctor Gilberto Castañeda, investigador del Departamento de Farmacología del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav). Se trata de un ansiolítico que produce efectos tranquilizantes y somnolencia. Se utiliza en casos de ansiedad, epilepsia, trastornos del sueño o ataques de pánico, y es seguro bajo vigilancia médica.
Sin embargo, su uso recreativo puede tener consecuencias adversas. En dosis bajas provoca una desinhibición similar a la del alcohol. “Como una borrachera barata”, describe el especialista del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Pero también puede acarrear mareos, náuseas, pérdida de equilibrio, problemas de coordinación, dificultad para pensar o recordar, dolor de cabeza, muscular o de articulaciones; visión borrosa, temblores, incontinencia o retención urinaria e incremento de saliva.
Al principio, los efectos tranquilizantes pueden sentirse agradables y eso representa otro riesgo. Si la sensación resulta placentera, los menores pueden desarrollar tolerancia y hasta dependencia. Es decir, incrementar la dosis y requerirla con adicción.
“Pueden tener unos efectos que, al principio, consideren agradables pero que, al final, resulten muy peligrosos. Nos preocupa que escalen la dosificación y eso lleve hasta la muerte”, advierte.