De la población adulta de mujeres, 53% padece diabetes frente al 20% de los hombres, afirmó el también investigador de la organización civil El Poder del Consumidor. En el caso de la enfermedad renal, 47% de las mujeres la padece, frente a 8% de los varones.
Aunque ellas acuden con mayor frecuencia a revisar y atender su salud en centros médicos, sostuvo, las demandas sociales que se les imponen las hacen más vulnerables a cursar las enfermedades con descontrol.
El impacto del lugar donde se nace
Además del género, otras desigualdades impactan en el desarrollo y la atención de las enfermedades crónicas no transmisibles, como el lugar de residencia, el nivel socioeconómico y educativo.
Por ejemplo, indicó el investigador Jorge Vargas, en la región sur de México, sobre todo en los estados con mayores niveles de pobreza, 58% de la población padece síndrome metabólico. Se trata de un conjunto de trastornos físicos que aumentan el riesgo de padecer enfermedades del corazón, accidentes cerebrovasculares y diabetes.
La proporción sube hasta 68% entre las personas que hablan una lengua indígena. Además, 57% de la población con nivel socioeconómico bajo también registra síndrome metabólico.
“Oaxaca y Chiapas son de los principales estados que tienen la población con mayor lengua indígena y se encuentran entre los 10 estados con más muertes por diabetes y enfermedad cardiovascular”, expuso.