“Es una es una mano dura dentro de los hospitales. Ahí están los casos en los cuales a los de mayor rango jerárquico, supongamos, los médicos adscritos, es decir, que tienen una plaza permanente, son los únicos que pueden utilizar el elevador y los residentes o los internos no. Como esta situación, existen muchas más”, comentó en Twitter.
"Más que una etapa formativa pareciera una etapa militarizada, es decir, se tiene cero tolerancia hacia los errores. Pero, al mismo tiempo, se tiene cero tolerancia y apertura ante cualquier diálogo", agregó Aaron Rico, de la AMMIP.
Aunque pasaron por condiciones violentas similares, Onofre denuncia que los actuales jefes de Enseñanza amenazan y maltratan a los nuevos estudiantes. El domingo pasado, por ejemplo, los amagaron con no aprobarles su servicio social si participaban en el paro.
“Nos encontramos en una estructura bastante rígida, híper jerárquica, que busca soslayar al estudiante y hacerle saber que es, como le llamamos, mano de obra barata para sacar adelante al sistema de salud”, lamentó.
La “revolución de las batas blancas”
Tras el paro nacional, el secretario de Salud, Jorge Alcocer, anunció que buscan aumentar el monto de las becas que se destinan a los médicos en formación.
Aunque los estudiantes de medicina dudan de que esto se concrete, sí ven que los posibles cambios son fruto de su lucha.
“Es lo mínimo que merece un médico en formación, pero nos parece poco realista. Porque es subir al doble lo que ganamos, que es alrededor de 1,800 pesos mensuales. Toda nuestra vida se pasa en el hospital por 1,800 pesos. Si lo dicen para calmar a la población, creo que es una falta gravísima de ética. Y, además, es un aspecto de todo lo que falta por mejorar”, dijo Onofre.