Morena en el exilio: el partido cumple un año y medio expulsado de su sede
La casona de Chihuahua 216, colonia Roma, donde el presidente Andrés Manuel López Obrador conoció su victoria en 2018, está tomada por un grupo interno que se opone al dirigente Mario Delgado.
Morena cumplió año y medio en el exilio, con reuniones, sesiones de órganos y trabajo de oficina desde hoteles, restaurantes y en el inmueble que fuera en 2006 la sede de los 12 secretarios del “gobierno legítimo” de Andrés Manuel López Obrador, en la delegación Miguel Hidalgo, pues la dirigencia sigue expulsada de su casa sede.
Una inconformidad interna con los mecanismos “cupulares, antidemocráticos” en la selección de candidatos a cargos de elección popular en 2021 tiene al dirigente nacional, Mario Delgado, y al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) fuera de la icónica “casa de transición” donde López Obrador despachó parte de su campaña y ya como presidente electo.
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El partido ya pagó la totalidad de ese inmueble, 42 millones de pesos, además de 75 millones de otros dos en la calle Liverpool y 215 millones de pesos por otro en Hamburgo en la colonia Juárez.
Pero eroga millonarias sumas en mantenimiento, seguridad y renta de inmuebles alternos –como pisos enteros o salones de los Hoteles Hilton Alameda o el Courtyard de Avenida Revolución- y mantiene los montos en la opacidad.
A salto de mata
Ahora ese partido opera en una sede alterna ubicada en Avenida Ejército Nacional 329, colonia Granada, delegación Miguel Hidalgo, que fue sede desde diciembre de 2006 y durante todo 2007 del gabinete del “gobierno legítimo”, vinculado a la asociación civil "No nos Vamos a Dejar", fundada por Alejandro Encinas y el excoordinador de delegados federales de la Secretaría del Bienestar, Gabriel García, quien fungió como representante legal.
Sin embargo, para mantener en secrecía la información quién se lo presta o arrenda, Morena ha mantenido una disputa legal desde hace ya casi un año ante el Instituto Nacional de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales (INAI), el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Todo porque, de acuerdo con el expediente del caso, en respuesta a una solicitud de información, optó por reservar todos los datos del inmueble por tres años, hasta después de las elecciones de 2024.
Ahora, una sentencia emitida el 30 de junio pasado por el TEPJF ordenó a Morena responder el emplazamiento emitido por la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral (UTCE) del INE, con lo que esta podrá seguir adelante un procedimiento oficioso cuyo fin es fijar a ese partido una multa por vulnerar el derecho de acceso a la información, según resolvió el INAI.
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En sus alegatos, Morena aseguró que la ubicación y datos del inmueble son datos sensibles cuya divulgación podría llevar hasta allá las inconformidades o actos vandálicos.
Pero según la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública los partidos políticos, por ser entidades de interés público y receptoras de recursos del erario, son sujetos obligados y deben transparentar en qué gastan y cómo.
Máxime una dirección y gastos corrientes de un inmueble en el que, en ocasiones, se convoca a los medios de comunicación, por lo que es público.
Y de enero a junio, Morena ha recibido 858 millones 100,000 de pesos, casi la mitad de los 1,716 millones de pesos que le corresponden este año por financiamiento público, pues en esta ocasión no renunció a este.
En su portal de internet no da cuenta sobre la totalidad de los inmuebles que ocupa, cuánto paga de renta o si tiene la posesión en comodato. Lo que sí reporta es la compra de nueve inmuebles, tres de ellos en la ciudad de México, y la renta de un viejo edificio en el que recibe y oye notificaciones, en Iztacalco.
Hasta el momento, ha incumplido, entre muchas otras obligaciones de transparencia que debe hacer públicas en su portal o en la Plataforma Nacional de Transparencia; por ejemplo, las de mantener actualizados sus registros de altas y bajas de bienes inmuebles y los contratos de arrendamiento comodato u otra figura jurídica, así como las erogaciones por concepto de rentas de hoteles y salones donde realiza sus reuniones.
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Lo único que consta sobre el edificio en la colonia Granada es el pago de casi 800,000 pesos en guardias de seguridad, en una parte de 2021.
Para los ciudadanos, la información de la sede que ocupa de manera efectiva, no existe, salvo la de la Comisión de Honestidad, en la colonia Juárez y el inmueble ubicado en Santa Anita 50, en la colonia Viaducto Piedad, Iztacalco, sede de Morena desde que se fundó en 2014, pero en el que ningún líder de Morena –salvo Martí Batres- ha querido despachar.
Las "enseñanzas" de AMLO
Juan Cáceres Torres, el “Pochitoque mayor” es el personaje que desde el 28 de enero de 2021 desplazó al CEN de Morena de la “casa de transición” y ahora mantiene su posesión con un grupo de militantes.
“Nosotros estamos haciendo lo que nos enseñó nuestro presidente López Obrador, manifestarnos libremente bajo el marco legal de la Constitución, civilizadamente lo hemos hecho y estamos defendiendo a nuestro partido y su sede”, afirma.
El mismo Delgado Carrillo asegura que son solo ocho personas pero –sostiene- no habrá acciones en su contra: “Ahí los vamos a dejar hasta que ellos quieran”.
“Nosotros hemos sido respetuosos, es un lugar que tiene un simbolismo muy especial para nosotros (…) lo que sería bueno saber es quién los mantiene, ¿no? Porque echarse dos años sin trabajar, pues, bueno, no sé cómo le hacen. No nos incomoda, no nos genera preocupación”, sostiene.
Pero Cáceres expone que se autofinancian entre los militantes pues en 29 entidades desconocen a la dirigencia de Morena y piden la salida de Mario Delgado, quien –a su juicio– es el principal promotor de la antidemocracia que no ha permitido la participación de las bases en candidaturas.
Además, contradice a Delgado, pues afirma que ahora enfrenta una denuncia por despojo, promovida por el líder nacional, pero anticipa que cuenta con una autorización para ocupar la vivienda.
Dice que desde enero de 2021, “la secretaria general de Morena, Citlalli Hernández, nos expidió una carta que nos valida para estar aquí, porque dice que el edificio está bajo nuestro resguardo. El mismo día que llegamos aquí nos la dieron porque vinimos a una cita y nos engañaron. Nos pidieron que nos quedáramos a esperar y aquí estamos”.
En esa fecha, Morena se convirtió en un imán de la militancia pues decenas de afiliados llegaron a registrase como candidatos. En ese entonces Delgado y algunos integrantes del CEN despachaban ocasionalmente ahí, pero entonces surgieron las inconformidades, entre ellas las de Cáceres, quien encabeza la Coordinadora nacional de Fundadores, Militantes y simpatizantes de Morena.
De ese momento recuerda “la primera reunión fue el 12 de enero en el Sevilla Palace, no nos quería recibir, nos pasamos dos días afuera y luego nos mandó citar. Ahí entregamos el pliego petitorio, pedimos la destitución por violación a los estatutos y nos pidió quitar ese punto para poder negociar”.
Abunda en el relato: “Lo quitamos, éramos 16 entidades nos citó (en la casona) el 28 de enero y el señor andaba creo por Nayarit y aquí nos quedamos esperando, éramos 16, ahora somos militantes de 29 estados que los desconocemos”.
Advierte: “¿Y él dónde anda? Escondido. ¿Por qué se esconde? ¿Así trabaja un partido institucional con los recursos públicos, no le da cuenta a nadie?, maneja el dinero a su antojo. Sabemos donde está, en Avenida Ejército Nacional, pero es un búnker, ya fuimos… se esconde como un vil ladrón”.
Casa de cultura de izquierda
El morenista tabasqueño, quien fue migrante durante casi cuatro décadas en Estados Unidos, envió hace tres meses una carta al presidente López Obrador y a la jefa de gobierno de la ciudad, Claudia Sheinbaum, con la intención de iniciar la entrega del inmueble.
Nosotros estamos haciendo lo que nos enseñó nuestro presidente López Obrador, manifestarnos libremente bajo el marco legal de la Constitución".
Juan Cáceres Torres, líder morenista opuesto a la dirigencia
“Le escribimos una carta al presidente, le propusimos que hubiera un museo 'a nombre' de la democracia o un centro cultural, creo que sería el mejor camino”, expresa.
En su propuesta, se propone un centro cultural al estilo de Casa Lamm, pero de izquierda, con cafetería y espacio para aulas para la formación política y cultural, teatro y artes. Se espera en breve instalar una mesa de pláticas para, en su caso, acordar la entrega del inmueble.