La Subsecretaría de Empleo y Productividad Laboral reportó que, de 2019 a enero de este año, 2 millones 124,434 jóvenes fueron contratados como "aprendices". Pero hasta ahora, tampoco hay un diagnóstico oficial sobre el perfil de los beneficiados del programa ni el estatus de su situación laboral.
"Este programa es ciertamente opaco. No sabemos cuántos jóvenes están en centros de trabajo ni qué han aprendido. Ha habido sospechas de que estos apoyos solo se han dado en tarjetas en las que las empresas le dan el dinero al empleado, un salario incompleto, pero no están generando una cercanía real o compromiso laboral", manifiesta Amozurrutia.
Tere Lanzagorta recuerda que, desde el inicio, el programa Jóvenes Construyendo el Futuro fue ambiguo: se planteó como una beca, pero no se especificó si era de desempleo, de capacitación o de inserción laboral.
Según la Secretaría del Trabajo, no es un programa de inserción laboral, por lo tanto no se garantiza que los jóvenes que reciben ese apoyo mensual durante un año, como máximo, al final van a tener empleo formal.
"Que un joven tenga ese ingreso por unos meses por supuesto que lo ayuda momentáneamente, pero no le garantiza ni una mejor preparación ni un trabajo. La beca no transforma las condiciones de los jóvenes, porque ni les ofrece mayor capacitación ni procesos de inserción laboral", concluye Lanzagorta.
No hablamos de 'ninis'. Son jóvenes que no están trabajando o estudiando, pero que no es su responsabilidad, sino que es la falta de oportunidades.
Tere Lanzagorta