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El mayor reto para el Tramo 5 del Tren Maya: cenotes, laguna y ríos subterráneos

Los trabajos en el Tramo 5 sur del Tren Maya iniciaron antes de que hubiera una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA); hoy, el gobierno reconoce afectaciones y retos importantes.
vie 20 mayo 2022 04:38 PM
(Cenote en el parque natural Aktun Chen, cerca del sitio de construcción del tramo 5 del Tren Maya)
La Manifestación de Impacto Ambiental confirma que el tipo de suelo, los cenotes, las lagunas y los ríos subterráneos hacen complicada la construcción del Tramo 5 del Tren Maya.

El principal reto que enfrenta el proyecto del Tramo 5 del Tren Maya, que va de Playa del Carmen a Tulum, en Quintana Roo, está en el subsuelo y en la geografía física que compone el ecosistema, como cenotes, lagunas y ríos.

Lo anterior ha sido señalado en múltiples ocasiones por varias organizaciones y activistas, pero ahora también se reconoce este dificultad en la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) correspondiente al Tramo 5, publicada este jueves por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

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En el estudio se resalta que la mayoría de los elementos a los que se enfrentará el proyecto son situaciones naturales, tales como aspectos fisiográficos, tipos de suelos presentes a lo largo del trazo, aspectos hidrológicos, clima, entre otros.

"Lo más destacable recae en los aspectos fisiográficos y tipos de suelo, esto debido a las características de este suelo y su naturaleza kárstica (compuesto de roca caliza y minerales solubles del agua), lo cual representa el mayor reto del TM-T5 sur", advierte la MIA.

Además, el tramo 5 del tren Maya, se localiza en el acuífero miocénico próximo a la costa, donde los componentes principales del flujo subterráneo se descargan en el Mar Caribe o sobre la cara de la playa.

De ahí la importancia de la hidrología, los ríos y suelos subterráneos, pues los flujos de agua son de interés regional porque aportan nutrientes al ecosistema costero.

"Existe una conexión entre las descargas en la zona de la costa y el impacto producido por actividad antropogénica, por lo que es indispensable proponer medidas de mitigación al ecosistema que forma el karst, cenotes, descargas de agua en la playa y en las lagunas", indica el estudio.

El proyecto original del Tramo 5 contemplaba correr por el camellón central de la Carretera Federal 307, que conecta los destinos turísticos de Cancún, Puerto Morelos, Playa del Carmen y Tulum.

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Pero en enero de este año, la nueva dirección del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), a cargo de Javier May, anunció cambios de ruta aun cuando el Tramo 5 ya se había iniciado. Se determinó que la vía correrá a ras de tierra, a un costado de la carretera y adentrándose en la selva virgen.

El colectivo Sélvame del Tren, entre otras organizaciones civiles, han alertado sobre el impacto ambiental que representa este cambio de ruta , el cual se decidió sin un estudio previo. Sin embargo, en la MIA se sostiene que con o sin Tramo 5, se mantiene una tendencia de la pérdida del ecosistema que viene de años atrás por actividades humanas.

"Si bien se tiene identificado que las unidades ambientales que se están analizando presentan indicios de sobreexplotación por actividades antropogénicas, el TM-T5 sur no aumentará la tendencia que se ha identificado del periodo del 2009 al 2018, ya que, independientemente de que (el tramo) se construya o no, la tendencia ambiental indica la continua pérdida de cobertura para la selva bien conservada y un aumento de la vegetación secundaria", establece el estudio.

De acuerdo con la MIA, la inversión requerida para llevar a cabo el proyecto del subtramo 5 Sur se estima en 31,501 millones de pesas, recursos que serán aportado por el gobierno federal.

Descripción del impacto y mitigación

En la MIA, las autoridades mexicanas reconocen que habrá afectaciones al medio ambiente con la construcción del tramo 5 del Tren Maya, pero afirman que el impacto será de una "magnitud limitada" y "temporal".

Con esto se refieren a que el mayor impacto, según sus estudios, será durante las etapas de preparación del sitio y construcción del proyecto, pero que esto podrá ser atenuado con la adecuada implementación de las medidas de mitigación, entre las que destacan:

  • Programa de rescate de flora y fauna silvestre.
  • Programa de reforestación.
  • Programa de manejo y restauración de suelos.
  • Programa de monitoreo sobre el uso de los pasos de fauna.

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Pero en el mismo estudio se detalla el nivel de impacto que causarán las etapas de preparación y construcción. Por ejemplo, las obras relacionadas con caminos de acceso, obras provisionales, desmonte, despalme, trazo y nivelación, causará una afectación "adversa moderada" a la integridad física de los cenotes.

En el caso de los suelos, se pone en riesgo la estabilidad edafológica (erosión) por la compactación y el paso de maquinaria. Además, se prevé una afectación por generación, manejo, almacenamiento y disposición de residuos sólidos o líquidos, sobre todo si son peligrosos.

Esta es una de las 86 páginas de la Manifestación de Impacto Ambiental en donde se describen algunos de los efectos que tendrán las obras del tren.

Respecto al agua, tendrá que haber una modificación del patrón de drenaje por el movimiento de tierras y esto, a su vez, afectará las características fisicoquímicas de cuerpos temporales de agua provocados por lluvias, impactando directamente en las corrientes subterráneas y acuíferas.

Todo lo anterior tiene que ver con el mayor reto que enfrenta la construcción del Tramo 5.

MIA, fragmentada y tardía

El estudio de impacto ambiental que se presenta es solo el correspondiente al Tramo 5, pero no evalúa el impacto ambiental completo e integral de todo el proyecto del Tren Maya.

Los proyectos fragmentados de este tipo —por ejemplo, la ampliación del Puerto de Veracruz— son otra de las críticas por parte de ambientalistas.

Además, la MIA señala que los trabajos de construcción deben iniciar una vez obtenidas las autorizaciones en materia de impacto ambiental. Lo cual, en este caso, no ocurrió, pues el Tramo 5 del Tren Maya en esta nueva ruta comenzó en enero de este año sin que hubiera un estudio de impacto ambiental.

Por ello, un grupo de buzos promovió un amparo con lo que en abril lograron suspender temporalmente las obras . Todavía no se determina si, ahora con la publicación de la MIA, se levantará esa suspensión, pero por ahora se estima que la duración para la ejecución de las obras, incluidas las pruebas de infraestructura y equipo, es de aproximadamente 24 meses.

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