El funcionario explicó que el Insabi continúa y que sus disposiciones están en la Ley General de Salud. Además, detalló que en donde están trabajando de la mano con el Instituto es en el tema de infraestructura; la regularización del personal de salud; el tema de los equipos y el abasto de los medicamentos.
“En realidad, el Insabi, entre la pandemia y todas estas cosas, no estaba operando los hospitales, era igual un poco lo que había pasado con el Seguro Popular, por eso ahora la lógica es la federalización o centralización de la atención médica, para hacerlo desde la Federación”, aseguró.
Robledo señaló que el IMSS-Bienestar no reemplaza al Instituto de Salud sino a las secretarías de los estados y los organismos públicos descentralizados que tenían para la atención médica, como pasaba –agregó– con el Seguro Popular, que financiaba médicos, enfermeras, hospitales, clínicas, pero no operaba hospitales.
“Al final, a quienes realmente prestaban la atención, quienes tenían la obligación eran las coordinaciones de servicios médicos de los gobiernos de los 32 estados. Había 32 sistemas diferentes, el Seguro Popular financiaba a todos, pero lo operaban los estados”, detalló.
Aunque el IMSS-Bienestar sustituirá a las secretarías estatales, Zoé Robledo dijo que sus titulares “mantienen su calidad” de ser autoridades sanitarias, pues al final hay otras tareas de salud pública, como el tema del control epidemiológico y el de los bancos de sangre: "Se requieren autoridades sanitarias que sigan teniendo esta calidad, todos los secretarios de Salud de los estados”.