Apenas hace dos semanas, el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien a inicios de su gobierno prometió que el sistema de salud mexicano sería como el de Canadá o Dinamarca, presentó el proyecto "Transformación del sistema de salud para población sin seguridad social".
La organización Acción Ciudadana Frente a la Pobreza (ACFP) considera que para avanzar hacia una auténtica cobertura universal que garantice el ejercicio efectivo del derecho a la salud, se requiere trazar una ruta que supere la distinción entre "población con y sin seguridad social", pues en materia de salud todas las personas deben ser consideradas derechohabientes.
En este sentido, es claro que México está lejos de lograr un sistema de salud universal. "Venimos de un deterioro grande en los servicios de salud. La clave aquí es superar el trato diferenciado, la separación, la distinción, la segmentación en el otorgamiento del servicio, porque es contrario al derecho humano", dice en entrevista Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de ACFP.
En el Día Mundial de la Salud revisamos cuáles son las condiciones del sistema mexicano, por qué es urgente una reforma en la materia y cómo impacta la falta de cobertura de seguridad social.
La exclusión de servicios de salud
Hasta 2018, poco más de 15 millones de personas en México estaban excluidas de los servicios de salud pública, lo que representaba el 16% de la población, por eso se considera un aumento significativo en 2020.
A esto se suma que, aun cuando la seguridad social se acota a la situación laboral de las personas, el 61% de la población ocupada carece de afiliación (34.5 millones de personas). Una parte sustancial es quienes trabajan en la informalidad, pero alrededor de 15 millones de personas asalariadas no tienen afiliación a la seguridad social por parte de sus empleadores.