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Soluciones pacíficas: México ante conflictos bélicos internacionales

La política exterior mexicana se ha regido por los principios de la Doctrina Estrada de no intervención y la solución pacífica de las controversias frente a conflictos bélicos.
vie 25 febrero 2022 05:26 PM
dia de la bandera 24 de febrero
México ha apostado por una postura pacifista en los conflictos bélicos internacionales.

La postura de México ante la operación militar de Rusia en Ucrania subió tono luego de que la embajada de Ucrania pidiera una postura más firme, aunque ante otros conflictos, el país ha abogado por la no intervención y la solución pacífica.

Desde antes de esta movilización bélica, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha repetido en diversas ocasiones los principios que rigen la política exterior desde hace más de un siglo. Este viernes, lo volvió a repetir, pese a que el gobierno federal ya había condenado la invasión rusa.

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“Nosotros sostenemos que nos debemos de apegar a lo que establece el artículo 89 de nuestra Constitución, sobre todo en tres principios básicos: no intervención, autodeterminación de los pueblos y solución pacífica de las controversias”, afirmó.

Es así que la política exterior de México ha estado regida por la llamada Doctrina Estrada, una serie de principios consagrados en la Constitución mexicana y que surgió en los años 30 del siglo pasado, cuando el mundo estaba en una depresión económica y se encaminaba a la Segunda Guerra Mundial.

“(La política exterior) se ancla en el principio de la resolución pacífica de las controversias, es el eje rector marcado en la Constitución, tiene más de un siglo”, confirma Abelardo Rodríguez, académico de la Universidad Iberoamericana.

Cuando el conflicto en Siria en 2011, por ejemplo, el gobierno de México encabezado en ese entonces por el expresidente Felipe Calderón apoyó las iniciativas diplomáticas encaminadas a encontrar una solución política y pacífica a la crisis en Siria, la cual se agravó a raíz del uso de armas químicas en las afueras de Damasco.

México reitera que la búsqueda de una solución al conflicto en Siria debe apegarse al derecho internacional, particularmente en todo lo relacionado con el derecho que regula el uso de la fuerza, y llama una vez más al Consejo de Seguridad a actuar con base en la responsabilidad que le confiere la Carta de las Naciones Unidas”, se expresó en un comunicado en ese entonces.

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Durante la Guerra del Golfo Pérsico, en 1991, el gobierno de México reconoció que aunque el país se encontraba geográficamente alejado de la zona de conflicto, la situación no atañía exclusivamente a esa región, por lo que anunció su decisión de “participar constructivamente en la búsqueda de una solución pacifica y justa”.

“Estamos convencidos, asimismo, de la necesidad de llevar a cabo esfuerzos multilaterales dirigidos a un arreglo integral, pacifico y definitivo de los problemas de la región”, dijo en su intervención el entonces representante permanente de México ante la ONU, Jorge Montarlo, en el Consejo de Seguridad.

Una posición similar a la que se acordó en el caso de Ucrania, sucedió con Afganistán. Caleb Ordóñez, articulista de Expansión Política, recuerda también que en la primera ocasión que México estuvo en el Consejo de Seguridad de la ONU votó a favor de una resolución condenando la invasión soviética de Afganistán, la cual fue aplaudida.

“El problema sucedió después, en 2001, tras la invasión de Afganistán por los Estados Unidos, cosa que hizo que las relaciones diplomáticas entre México y el país musulmán cambiaran drásticamente”, escribió en su columna México y Afganistán: una alerta latente.

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En ese mismo tono, la administración actual ha tenido una posición cauta ante la situación de violación de derechos políticos en Nicaragua, por ejemplo. Junto con Argentina, fue sido el único país latinoamericano que no condenó el gobierno de Daniel Ortega por la detención de sus opositores políticos meses antes de las elecciones de noviembre.

Tampoco se pronunció en 2019 durante la crisis de Venezuela, cuando no desconoció el nuevo mandato de Nicolás Maduro, mientras los países integrantes del Grupo e Lima reconocieron a Juan Guaidó."Nuestra postura es la misma, es lo que establece nuestra Constitución. No nos vamos a mover de ahí", reiteró el presidente.

México se ha manifestado con postura pacífica y de no intervención en conflictos internacionales, salvo en la Segunda Guerra Mundial, cuando al incautar México barcos de los países del Eje (Italia, Alemania y Japón) que se encontraban en aguas nacionales y que suponían un riesgo a la soberanía nacional, Alemania mostró hostilidad hacia embarcaciones mexicanas que culminó con el hundimiento de los barcos “Potrero del Llano” y “Faja de Oro”.

Ante esos acontecimientos y después de realizar un balance de la situación y de “evocar la actitud pacífica” de México, el entonces presidente Manuel Ávila Camacho solicitó al Congreso de la Unión la declaración de estado de guerra, argumentando que el hundimiento de las embarcaciones mexicanas, así como la actitud de los países del Eje, obligaban a México a tomar esa resolución, en la que se estableció que desde el 22 de mayo de 1942, “los Estados Unidos Mexicanos se encontraban en estado de guerra”, con lo que se determinó el envío de tropas mexicanas a las acciones bélicas.

Con información de Lidia Arista y Fernanda Hernández

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