La organización elaboró un ranking, a partir de los datos del Consejo, donde se identificó que la brecha de pobreza entre la población general (43.9%) y la de la Primera Infancia (54.3%) es de 10 puntos porcentuales.
“Es una de las grandes tragedias, en estas condiciones estamos condenando a toda una generación a vivir en condiciones de vulnerabilidad y de pobreza”, comentó a Expansión Política Alberto Sotomayor, Coordinador de Investigación del Pacto por la Primera Infancia.
El especialista señala que hay tres grandes variables por las que se llegó a esta situación, la primera es de carácter externo: la epidemia de COVID-19 afectó el crecimiento económico del país y generó un impacto negativo en el ingreso de las familias.
Las otras dos son de carácter doméstico, como la reducción de aproximadamente 30% del presupuesto para los menores de seis años (más de 30,000 millones de pesos) y la desaparición de los programas sociales orientados a la Primera Infancia como Prospera; el Seguro Popular en su componente Siglo XXI, que ofrecía cobertura total a niñas y niños menores de cinco años de edad, y el de las estancias infantiles.
“Si bien es cierto que en algunos casos vinieron a sustituirse por otra oferta programática, en cuanto a calidad y cobertura no logran articular de manera adecuada”, señaló Sotomayor, al explicar que esos programas antes estaban focalizados.