"Las autodefensas son su propia familia y comunidad, están protegidos y hacen performance con armas; en este sentido, los niños no han sido llevados a puestos de combate contra los grupos criminales, aunque los colocaron en riesgo cuando dispararon (en el último reclutamiento), es la lógica de protección en la que se encuentran. Y en el caso de los grupos criminales, hacen reclutamiento forzado y esto implica todas las violaciones a sus derechos humanos; a los niños los convierten al sicariato y los hacen presenciar actos de barbarie o los hacen partícipes como una manera de comprometerlos", explica Juan Martín Pérez.
Además, el crimen organizado usa a los menores como informantes, porque no les son confiables.
"Sabemos que en las fosas clandestinas se han encontrado muchos cuerpos de adolescentes. Entonces, es posible que sean asesinados en poco tiempo para evitar que sean testigos ante las autoridades", agrega el activista.
Como ejemplo está el discurso de Edgar 'N', 'el Ponchis', un adolescente de 14 años quien en 2010 fue conocido mediáticamente como "el niño sicario" al servicio de los Beltrán Leyva, y el de uno de los adolescentes que este mes de unió a la policía comunitaria de Ayahualtempa.
Mientras que el primero confesó haber cometido cuatro asesinatos desde que tenía 11 años por órdenes del cártel, el segundo narra cómo la comunidad tiene urgencia por protegerse de Los Ardillos, que, acusa, "levantaron" a su papá.
"Esta expresión de reclutamiento (en las autodefensas) tiene como prioridad protegerlos, más que exponerlos a un hecho delictivo o criminal, porque se da desde las comunidades, que es contrario a lo que hacen los grupos criminales. Por supuesto que no es correcto y no deberíamos avalarlo, pero sí debemos marcar esa diferencia", indica el director de la Redim.
Juan Martín Pérez destaca que el reclutamiento de menores de edad, de acuerdo con los estándares internacionales, es un crimen de lesa humanidad, por lo que el Estado mexicano puede llevar a los líderes criminales ante la Corte Penal Internacional, pero, enfatiza, no hay voluntad por parte de los gobiernos para proteger a la infancia.
Saskia Niño de Rivera dice que, a pesar de las diferentes entre el reclutamiento que hacen las autodefensas y el que hacen los grupos delictivos, al final ninguno prioriza el interés superior de la niñez y la responsabilidad recae en los menores.
"Es lo mismo un menor reclutado por las autodefensas, armado en un contexto de violencia, a un niño que está reclutado por el crimen organizado. Al final del día les venden la idea de la lealtad, de hacer frente, de hacer comunidad, y eso también es un discurso que trae el crimen organizado", considera la fundadora de Reinserta.
La urgencia es proteger a la infancia y no permitir que los niños normalicen la violencia.
Saskia Niño de Rivera