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Rezago y desigualdad será el costo de la COVID-19 en educación

La epidemia por el virus SARS-CoV-2 tendrá impactos en los estudiantes en cuanto vuelvan a las aulas y hasta su vida adulta. Serán la generación del COVID.
lun 24 agosto 2020 05:50 AM
Niños toman clases a distancia.
Alrededor de 32 millones de niños entre 5 y 12 años no tienen acceso a teleeducación.

Este lunes 24 de agosto inicia un nuevo ciclo escolar, el 2020-2021, en medio de la incertidumbre de cuándo será seguro regresar a las escuelas debido a la epidemia de COVID-19.

Se prevé que el cierre de escuelas provocará rezagos en el aprendizaje, aumento de la deserción escolar y mayor desigualdad, lo que tendrá un costo a largo plazo sobre el capital humano y el bienestar de los niños, niñas y jóvenes, que serán conocidos como la generación del COVID.

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De acuerdo con el Banco Mundial, el virus SARS-CoV2 provocó que 1,600 millones de niñas, niños y jóvenes (NNJ) en todo el mundo dejaran de asistir a la escuela. En México, más de 30 millones de alumnos empezarán a recibir lecciones a través de la televisión, la radio y quienes tengan la oportunidad, vía internet.

El aprendizaje en casa se ha vivido de manera diferenciada, mientras hay quienes pueden tomar lecciones vía “Classroom” y asisten a videoconferencias con el apoyo de sus padres, docentes de la Escuela Primaria "Educación para Todos", en la Ciudad de México, han optado por el WhatsApp como la vía de comunicación oficial para poder llegar a más estudiantes, considerando que muchos de los alumnos no tienen acceso a otras tecnologías.

De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2019, 45% de los estudiantes no tienen un dispositivo como computadora, laptop, tableta o teléfono inteligente en el hogar con acceso a internet.

Para Jennifer O'Donoghue, directora general de Xaber, habrá un impacto inequitativo de los estudiantes, pues quienes no tienen acceso a un dispositivo y sus papás no tienen las condiciones necesarias para poder acompañarlos en su proceso de aprendizaje desde casa, tendrán pérdidas más grandes.

"Cuando regresemos, lo que vamos a ver es que la pandemia no impactó igual a todos", dice.

De acuerdo con la organización, 10.2 millones de niños están en mayor situación de riesgo, mientras que 3.9 millones (menos del 16%) tienen las mismas posibilidades de Matías, quien posee los insumos tecnológicos y tiene el apoyo de sus padres para hacer sus tareas.

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El rezago y la deserción escolar

La pérdida de clases se traduce también en los aprendizajes. Un ejemplo de ello es el caso del terremoto en Pakistán de 2005 que dejó escuelas cerradas por aproximadamente tres meses, el efecto de esos niños cuatro años después, significó el equivalente a 1.5 años de escolaridad, un retraso mucho mayor a los tres meses sin clases, de acuerdo con un artículo de Michelle Kaffenberger, del programa Research on Improving Systems of Education (RISE), de la Universidad de Oxford.

David Calderón, director de la organización Mexicanos Primero, señala que lo más lógico es pensar que esta generación que sufrió este golpe en su aprendizaje, se va a ver reflejado en las pruebas estandarizadas, como PISA, de la OCDE, en las que se va registrar un retroceso.

Esta evaluación se hace cada tres años en alumnos de secundaria. Los resultados más recientes revelaron que el 56% no alcanza los conocimientos suficientes en Matemáticas, el 47% en Ciencias y el 45% en Lectura. La próxima edición se aplicará en 2021 y, según el especialista, será "uno de los elementos para descubrir prácticas más efectivas durante la pandemia".

En el estudio “Mitigando el impacto del COVID-19 sobre los aprendizajes” de Xaber se plantea que una reducción de 10 días de clases en primaria está asociada con una disminución de 4 puntos en los resultados de matemáticas y español, de la extinta prueba ENLACE, por lo que la pérdida de más de 60 días efectivos de clase, significa una reducción de 24 puntos en la prueba, y posteriormente en la tasa de graduación.

"Seis años después, el impacto del COVID sobre los aprendizajes reduciría casi tres puntos porcentuales la tasa de graduación en Educación Media Superior; y, 10 años después, disminuiría significativamente los salarios de esa misma generación", alerta el reporte realizado por Rafael de Hoyos, director de Xaber.

Con esto coincide David Calderón, quien vislumbra un alza en el porcentaje de abandono escolar, sobre todo en los más pobres y los de edades mayores, quienes durante la pandemia tuvieron que salir a buscar sustento.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) estima que 1.4 millones de estudiantes abandonarán la escuela. Según proyecciones de la SEP, habrá por lo menos 800,000 estudiantes que actualmente cursan el tercer año de secundaria que van a interrumpir su educación media superior, lo cual podría tener afectaciones en el indicador de años de escolaridad y por tanto en el índice de educación del desarrollo humano.

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La generación del COVID-19

Si bien, los primeros efectos de la epidemia en los estudiantes se verá cuando regresen a las aulas, después de estar varios meses en confinamiento, el impacto de esta generación también se verá reflejado en su vida adulta.

El estudio de la OCDE "Educación superior en México: Resultados y relevancia para el mercado laboral" señala que uno de cada dos egresados trabaja en un empleo que no requiere educación superior, y más de uno de cada cuatro trabaja en la economía informal, pero “paradójicamente” –dice el secretario general Ángel Gurría– más de la mitad de las empresas reporta dificultades para cubrir vacantes en sus puestos de trabajo, por falta de capacidades.

Para Alejandro Enríquez Torres, académico de la Universidad La Salle, la educación es motor de desarrollo y una inversión hacia el futuro porque se contará con personas más preparadas, pero señala que la principal característica de esta generación es que tendrá la "capacidad de adaptarse muy rápido" para hacer frente a cualquier contingencia. "No debemos ver la pandemia como una crisis, sino como una oportunidad", afirma.

Los especialistas urgen a tomar medidas inmediatas para mitigar los efectos que tendrá la pandemia de COVID-19 en la educación. En primera instancia señalan que se debe hacer una evaluación de los avances que se tuvieron durante el confinamiento e implementar acciones focalizadas, dependiendo de las necesidades de cada uno. Aunado a eso, coinciden que es primordial atender la salud emocional de los estudiantes y sobre todo no bajar la guardia y seguir invirtiendo en educación, porque a la larga es una llave para el crecimiento económico de los países.

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