Paulina quería hacer cubrebocas que además de bonitos y originales, fueran útiles para proteger a quienes lo usan del coronavirus. Por ello les incluyó un anexo para guardar cinco filtros quirúrgicos intercambiables, que sirven de barrera para los virus y bacterias. El bordado está plasmado en tela de manta por lo que son lavables y reutilizables.
Con ese primer tenango logró la confección de 32 piezas que pronto obtuvieron la aceptación de los compradores en el estado de Hidalgo, después de otros estados y más tarde del extranjero.
Paulina quería acudir al municipio de Tenango de Doria para pedirle a los artesanos que fueran ellos quienes se encargaran de plasmar su creatividad y talento en telas que serían una de las capas de los cuberebocas, sin embargo, se enfrentó con retenes que controlaban la movilidad hacia esa zona, como una medida de evitar la propagación de casos de COVID-19.
“Mi finalidad es ayudar a la comunidad de Tenango de Doria porque no están recibiendo turistas, y su actividad económica depende de eso. Hubo una buena respuesta con los artesanos, son alrededor de 10 los que se encargan del bordado libremente”, indicó.