En el caso de Bellezas Juchitecas quedarse sin trabajo representa un problema porque varias de las 20 mujeres artesanas son jefas de familia y los esposos de otras más, van al día. En el caso de Sarahí, ella es madre de dos niñas, una de 11 y otra de cuatro años.
“Entre las mujeres que estamos hicimos una pequeña cooperación para poder sacar lo que es la materia prima, no teníamos contemplado hacer bastantes piezas, solo hicimos una demostración para que se conociera cómo está hecho nuestro trabajo”, explicó.
Para la confección de un cubrebocas artesanal se requieren tres telas: una cubierta de algodón, un pellón blanco y un satín, en éste último es donde plasman los bordados que antes ibaN en vestidos, faldas y blusas. Cada pieza les toma hasta ocho horas para su confección.
“El bordado es a mano. Ahora con los pedidos que tenemos estamos sentadas desde las 8 de la mañana hasta 9-10 de la noche”, comentó.
En un año normal, las mujeres dedicaban los meses de marzo, abril y mayo para elaborar entre tres y cinco trajes regionales, pero este 2020 no fue así porque fueron sorprendidas por el COVID-19; ahora están trabajando para cumplir con los pedidos de cubrebocas que les están realizando.