Publicidad
Publicidad

Personal de salud atiende entre contagios, agresiones, discriminación y despidos

En los dos meses de batalla contra el COVID-19, médicos y enfermeras atienden en medio de presiones y falta de insumos, entre ellos se acumulan 149 muertos y más de 11,394 contagios.
dom 24 mayo 2020 07:00 AM
ocupación hospitalaria covid
La tercera ola de COVID-19 en México se sostiene con un aumento de contagios y fallecimientos diarios. Tan solo este martes, el país registró 17,408 casos confirmados adicionales, la cifra más alta desde enero pasado.

Luego de casi tres meses de que se confirmara el primer caso de coronavirus en México, la situación para médicos, enfermeras, camilleros y personal de salud se agrava. A la escasez de insumos para desempeñar su trabajo y a las largas jornadas con la incomodidad de usar equipo de protección para evitar contagios se suman las agresiones en calle y la discriminación al recibir servicios.

El último corte de autoridades de Salud reconocía 11,394 contagios y 149 decesos del personal de salud en el cumplimiento de su labor ante el COVID.

Publicidad

Para mitigar la falta de equipos, organizaciones de la sociedad civil han realizado donaciones a los profesionales de la salud, como kits de protección en los que se incluyeron caretas, guantes, batas, cubrebocas. Incluso, en algunos lugares, les han ofrecido desayunos.

Otro ejemplo es que el gobierno federal acondicionó algunos espacios de la Residencia Oficial de Los Pinos para ofrecerles hospedaje, alimentación y transporte a médicos y enfermeras, y decenas de hoteles abrieron habitaciones para permitirles pasar la noche.

A pesar de los apoyos, la protección al personal ha sido insuficiente. Médicos internos de pregrado han denunciado que solo se les dota de un cubrebocas por día y otros más, han asegurado que no recibieron capacitación para ponerse y quitarse el equipo de protección, cuando el proceso de retiro es el que más riesgos implica.

En entrevista con Expansión Política, el director de Médicos Sin Fronteras para México y Centroamérica, Loïc Jaeger, explicó que a nivel mundial el COVID-19 ha implicado un desafío para el personal de salud. Primero, porque los médicos han tenido que enfrentar al nuevo virus con sistemas de salud que no estaban preparados para una pandemia y porque han sido sometido no solo a largas jornadas sino a tomar decisiones que implican elegir a quién sí atender ante el elevado número de pacientes.

Publicidad

En México, además de todas las carencias, los médicos han tenido que enfrentar agresiones, amenazas y actos de discriminación de parte de la población, aunque aclaró solo proceden de una minoría.

El miedo al virus, ese enemigo invisible que es normal porque no hay un tratamiento, se traslada a la persona enferma, pero de pronto a la persona que combate el virus. Este miedo puede hacer mucho daño con ataques y amenazas”.
Loïc Jaeger, director de MSF para México y Centroamérica.

Cifras de la Secretaria de Salud, hasta el 19 de mayo, refieren que 20.9% de los casos confirmados de coronavirus en México son de personal médico, es decir que 2 de cada 10 positivos son profesionales de la salud.

“El personal médico paga un precio más alto que la población. Tenemos en México más gente que se contamina de personal médico que en la población en general, esto va a impactar en el funcionamiento de los centros de atención”, refirió.

Publicidad

Nos siguen exponiendo, denuncian médicos internos

Francisco Zapata, un estudiante de Medicina que se reintegró desde el 1 de mayo a su unidad como médico interno de pregrado en Monterrey, Nuevo León, afirmó que si bien se han cumplido algunos criterios establecidos por la Secretaría de Salud para cuidarlos del COVID-19 en su retorno a los hospitales como solo hacerlos cubrir guardias, hay otros que no. Al día, les otorgan un cubrebocas e incluso los mandan a atender a pacientes con coronavirus, lo que ya generó que haya más de 600 estudiantes sospechosos de haberse contagiado.

En entrevista, el representante de la Asamblea Mexicana de Médicos Internos de Pregrado compartió que los desconcertó que en plena fase tres el gobierno los hiciera regresar a sus unidades médicas prácticamente con amenazas de que, si no lo hacían, no se les liberaría su constancia.

Lo que no ha cambiado es que algunos compañeros siguen expuestos, no se les da equipo de protección adecuado, e incluso los mandan a tener contacto directo con pacientes sospechosos de COVID sin que se les informe”.
Francisco Zapata, representante de la Asamblea Mexicana de Médicos Internos de Pregrado .

Comenta que, por ejemplo, a algunos jóvenes la instrucción de sus superiores es “atiende al paciente de tal cama, explóralo, sácale su historia clínica”. Ellos cumplen con su obligación y más tarde se enteran de que ese paciente es sospechoso de COVID y por eso ningún médico quería ir.

Detalla que los jóvenes estudiantes solo cuentan una beca menor a mil pesos mensuales, pero para varios el pago está detenido desde hace meses con el argumento de que no hay recursos.

El estudiante dijo que entre el sector médico hay molestia con el presidente Andrés Manuel López Obrador porque los calificó de “mercantilistas”, justo en el momento que nunca están exponiendo su vida peleando contra el coronavirus.

“Hay molestia hacia el gobierno debido a las palabras del presidente en referencia a que en el gremio médico se busca primero enriquecerse y después la recuperación del paciente cuando es una época donde hay doctores, enfermeras, y personal de salud que ha hasta perdido su vida por la pandemia”, destacó.

Racionamiento de equipos

José Alberto Beverido de la Huerta, médico adscrito al área de urgencias de la Clínica Familiar #300600 del ISSSTE en Córdoba, denuncia que pese a no haber sido reconvertido a hospital COVID, a su centro de trabajo llegan pacientes sospechosos, pero no cuenta con equipo necesario y para recibir un cubrebocas N95 y equipo de protección se necesita que el paciente sea un caso evidente de coronavirus.

Señaló que en la clínica donde labora, hay epidemiólogo, Oscar Vicente, quien debería ser el que diagnostique a los posibles casos, sin embargo, "él ha decidido atrincherarse desde hace semanas por medio a adquirir el virus, por lo que médicos de otras áreas han tenido que tratar a los pacientes, pero sin tener siempre asegurado el equipo de protección".

Protesta en el IMSS de Texcoco

Esta semana, enfermeros del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) comenzaron a hacer llamadas. Avisaron a medios de comunicación que protestarían afuera de su Hospital, el 197 en Texcoco, por la falta de protección y por la muerte de tres de sus compañeros a causa del COVID-19.

El 13 de mayo fue la segunda vez que protestaron en menos de un mes (lo hicieron el 25 de abril), en esa ocasión tomaron la avenida Texcoco-Lechería para evidenciar la “incompetencia” de los directivos que se negaban a darles la protección necesaria para evitar contagios.Tres de sus compañeros, Virgilio Hernández, un auxiliar de limpieza y dos enfermeras, Xóchitl Cárdenas e Isaura Ramos, murieron a causa del virus SARS-CoV-2.

El personal médico dice que es porque no les dieron los equipos suficientes, incluso, afirman que sí tienen en existencia, pero la respuesta que les dan es que no lo necesitan.

“Mi familia me necesita VIVA”, “Exigimos pruebas”, “¡Fuera el director y jefa de enfermería!”, escribieron en cartulinas de color neón.

Según se registró en videos del día de la protesta, algunos vecinos reclamaron al personal no poder pasar por la avenida. Una señora le gritó al personal que le fastidiaban la existencia y recomendó que, cualquiera que tuviera síntomas de COVID-19, mejor permaneciera en su casa, cuidándose la “gripa” con muchos tés.

Nada cambió

Expansión Política contactó al personal médico del hospital de Texcoco para saber si habían atendido sus demandas.

“Al día siguiente se solicitó material y equipo para entrar a laborar, pero nuevamente se nos dijo que no hay material y equipo cuando en el auditorio se dijo que había para derrochar. Es lamentable esta situación”, contó una de ellas.

También compartieron un video a este medio que, aseguran, fue grabado el 14 de mayo donde les dicen, simplemente, que no hay equipo.

Una de las enfermeras, que pidió el anonimato porque teme lo que puedan hacer sus jefes, afirma que “todo es corrupción” y que, en lugar de darles los equipos, prefieren amenazar con represalias si continúan con sus protestas.

“Todo es corrupción y, lamentablemente, algunos compañeros avisan a los altos mandos y piensan que les hacen un favor delatando a todos los que exigen medidas para trabajar", aseguró en entrevista.

Lo despiden por pedir protección

El testimonio de las enfermeras de Texcoco, coincide con la denuncia pública que hizo Cristian Javier Erosa, quien manejaba los alimentos del Hospital 17 del IMSS en Quintana Roo, quien afirmó que fue despedido por exigir protección.

A través de Facebook mostró la rescisión de contrato que le dieron el 11 de mayo. Su error fue pedir, por escrito, que le presentaran la orden para entrar al área de COVID-19 cuando a él no le habían dado equipo.

“Solicité que me pasaran por escrito que debía entrar al área COVID, porque no estaban proporcionando el equipo de protección adecuada”, explicó.

Formalmente, lo acusaron de negarse a hacer su trabajo, pero lo único que pidió fue insumos adecuados.

“Soy padre soltero y mantengo a mis tres hijos, a mi papá que se encuentra discapacitado. Me quitaron mi única fuente de ingresos, en plena contingencia. No creo poder encontrar trabajo con la situación que estamos pasando”, relató.

Newsletter

Los hechos que a la sociedad mexicana nos interesan.

Publicidad

MGID recomienda

Publicidad