¿En qué consiste el modelo centinela?
La Secretaría de Salud hace un monitoreo, ya contemplando el COVID-19, considerando siete elementos de la vigilancia epidemiológica: la vigilancia, la detección de los casos sospechosos que se confirman por pruebas de laboratorio y el estudio de sus contactos, el Sistema de Vigilancia de enfermedad tipo influenza –que incluye la vigilancia clínico-epidemiológica y la vigilancia por laboratorio, y la vigilancia por laboratorio, que cuenta con un panel de 14 virus, con el SARS-CoV-2.
También incluye la vigilancia generalizada convencional, la cual establece que de acuerdo al título octavo de la Ley General de Salud y de acuerdo a la Norma Oficial Mexicana 017, todas las unidades de salud pública, sociales o privadas, tienen la obligación de notificarle a la autoridad sanitaria los casos de infección respiratoria aguda, que estrictamente no es una demostración de infección, es el síndrome respiratorio agudo, que es compatible con una infección.
Con ese monitoreo de las 475 unidades, la Secretaría de Salud estima cuántos casos hay más que no se ven, pero eso no quiere decir que no existan, como en otros países donde prevalece la idea que haciendo pruebas se van a detectar todos los casos.
“La ciencia de la epidemiología desde hace varias décadas, está convencida de que no todo se puede observar. Entonces, en realidad es un error metodológico suponer que sólo lo que se ve, existe, y al revés, que lo que no se ve, no existe”, comentó López Gatell.