“No estamos exagerando. (Con estos actos) lo que están haciendo es normalizar violencias aún más graves. No estamos diciendo que (quienes los ejerce) son culpables de un feminicidio o de tortura sexual, decimos que lo están normalizando y banalizando. Los micro son cotidianos, pero sostienen algo enorme”, puntualiza en entrevista con Expansión Política.
‘No son micro. Machismos cotidianos’ fue escrito por Claudia de la Garza y Eréndira Derbez –quien además lo ilustró–, y está recomendado por la periodista Lydia Cacho, que en la contraportada destacó que este es un libro para quienes argumentan que “los hombres siempre han sido así”.
Conoce más: 2019, el año en que la ‘ola feminista’ sacudió a México
Al empezar a escribir este libro, las autoras partieron del término “micromachismos”, acuñado en la década de los 90 por el psicoterapeuta argentino Luis Bonino. Pero conforme avanzaban, cuenta Eréndira, se percataron que esas situaciones no eran “micro”, sino “machismos cotidianos”.
Si bien no son un feminicidio o un ojo morado o algo que deja rastros en el cuerpo, sí sostienen las violencias más grandes.
Misoginia que empieza en el azul y el rosa
¿Te has preguntado cómo habría sido tu infancia si no te hubieran impuesto colores (azul para niño y rosa para niña), vestimenta (pantalón para niño, falda para niña) y juegos (futbol, los niños; muñecas, las niñas)? Porque esos también son machismos cotidianos que van más allá, comenta en la entrevista.
“(Jugar con) la muñeca rosa nos da a entender que las niñas tienen que aprender a hacer trabajos de cuidado, deben ser dulces, no pueden salir a jugar con un balón de futbol porque nos dicen que somos marimachas y, entonces, creces sintiéndote menos”, refiere Eréndira Derbez.