¿Cómo surge la idea de escribir este manual?
Me ha tocado explicar en todos los tonos, en todas las maneras y a todos los públicos en talleres, en prensa, en televisión, en radio, en internet, en todos los formatos que pueda, estas ideas del feminismo, y un poco el libro es eso: plantear todas esas cosas que yo he aprendido, sistematizar estos argumentos y darles un orden para poder ponerlos como un manual de consulta.
En el libro planteas hablar de feminismos, no solo de feminismo…
Uno dice “feminismo” como para referirse a una lucha general, para que haya justicia entre las personas. Pero los feminismos son importantes para que tengamos claro que estamos hablando desde distintos puntos de vista, porque las mujeres no somos una clase social, somos tan diversas, y esa diversidad obliga a que haya un montón de feminismos.
Por ejemplo, las mujeres urbanas blanco-mestizas hemos estado muy clavadas en el derecho a salir a trabajar, y nos parece que eso es un super logro en el movimiento feminista, pero las mujeres negras siempre han trabajado. Ahí tiene mucho más sentido luchar para que no las exploten, para tener garantías laborales, para descansar.
¿Hay algo de cierto en que las feministas odian a los hombres?
Eso es como una cosa muy infantil que usan los hombres porque es de “ay, me quieren, no me quieren”. Mira, mi vida, esto es sobre una lucha social y no se trata de ti, ni de si te quieren o no te quieren. Ahora, hay muchas mujeres que sí odian a los hombres con muy buenas razones: han sido víctimas de horribles injusticias, de tortura, de violencia, de violación, que han estado al borde del feminicidio y que no han encontrado en los hombres ningún sosiego ni protección ni seguridad ni tranquilidad ni amor, y tienen todo el derecho de odiarlos.
Sí hay feministas que odian a los hombres, hay feministas que no los odian, pero ese no es el punto y no es relevante”.