¿Por dónde empezar?
Las especialistas coinciden en que la ley siempre es mejorable, pero seguirá sin funcionar si no se implementa, si las autoridades no se toman en serio la violencia de género y si entre ellas no existe una coordinación.
Ana Joaquina Ruiz puntualiza que para tener una política integral en materia de género se requiere también de un incremento de recursos presupuestales, una estrategia fuerte de prevención de la violencia –atender lo que hoy conocemos como “nuevas masculinidades”–, garantizar condiciones de igualdad desde la escuela y reforzar el sistema de salud.
“La NOM 046 (relacionada con la violencia familiar, sexual y contra las mujeres) es bastante buena en términos de prevención, y si se aplicara al máximo estaríamos en otro país. Desafortunadamente, las dinámicas de los propios sistemas generan mucha dificultad para aplicación de la norma”.
Arely Torres refiere que así como se atiende la alerta por coronavirus, es como debe considerarse el llamado que hizo la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2013 para que los países reconocieran que la violencia contra las mujeres es una pandemia. Bastaría, agrega, con que los gobiernos estatales y federal implementaran lo que ya viene en la ley.
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“Y entonces sí, que las medidas emergentes sean precisamente para atender esa emergencia que brota en un municipio o en un estado, pero de acuerdo con sus condiciones (... ) La política de género debe poner en el centro a las mujeres, y hoy más que nunca tenemos que combatir a las voces que desestiman el infierno que vivimos las mujeres día a día”, señala.
Isabel Erreguerena considera que un buen ejemplo de una adecuada política integral de género son los Centros de Justicia para las Mujeres, pues en un mismo lugar las mujeres tienen acceso a servicio legal, médico y psicológico, además de que se les da la oportunidad de acceder a un empleo y de que sus hijos realicen diversas actividades.
Pero estos centros también enfrentan problemas de falta de recursos y de coordinación, además de que muchas de las directoras en los estados no eran elegidas por sus características. “Si fortalecemos esos centros podrían funcionar mucho mejor y prevenir la violencia contra las mujeres”, recomienda.