7. El forense de origen guatemalteco José Mario Nájera Ochoa, quien ha acompañado otros casos de feminicidio en América Latina, concluyó que Lesvy no se suicidó: el cable de la cabina telefónica no tenía nudo (necesario para concretar dicha acción), la joven estaba bajo efectos farmacológicos, lo cual alteró su visión, habla y movilidad, dejándola indefensa ante cualquier tipo de ataque. Además, el cuerpo presentaba fractura en el hueso tiroides, lesión frecuente en estrangulamientos.
8. El perito criminalista de la PGJ, Javier García Ortiz, reveló que, en sus últimos momentos de vida, Lesvy no realizó ninguna maniobra de defensa, no había fricciones en sus tenis y tampoco nudo en el cable de la cabina telefónica; no descartó la posibilidad de que se tratara de un ahorcamiento.
9. La mamá de Lesvy, Araceli Osorio, narró que en el velorio de su hija “Jorge nunca lloró”, pero sí le estuvo preguntando cómo iba la investigación del caso. La mujer dijo que el día 4 de mayo iba a reunirse con su hija, quien, cree, le hablaría de la relación Jorge y le pediría ayuda: “Yo creo que ese día me iba a pedir que la sacara de ahí. En ese momento, habría tomado las maletas, enfrentado a Jorge Luis y me hubiera llevado a Lesvy”.
10. Los testimonios de la familia y amigos de Lesvy coincidieron en que, durante los meses de su noviazgo con Jorge Luis, ella perdió peso, dejó de sonreír, comenzó a aislarse y hasta renunció a su trabajo.
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