La multiplicación de organizaciones criminales ha acentuado la violencia en varias regiones del país.(Foto: Especial.)
Lidia Arista
La entrega de Ismael “El Mayo” Zambada en 2024 al gobierno de Estados Unidos sumergió a Sinaloa en una crisis de violencia y disparó 170% los homicidios dolosos. Entre julio de 2023 y junio de 2024, en esa entidad ocurrieron en promedio 39 asesinatos, pero un año después, ese promedio se elevó a 107 cada 24 horas.
Detrás de la ola de violencia está la fragmentación en el Cártel de Sinaloa, el cual enfrenta una disputa por el liderazgo de la organización entre “Los Chapitos” y “Los Mayitos”.
Este es un ejemplo de cómo la división de organizaciones criminales elevó la violencia en el país y dio vida a nuevos grupos criminales. En tan solo en 25 años, México pasó de tener presencia de siete grandes cárteles a 150 organizaciones delictivas.
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Una línea del tiempo realizada por el experto en seguridad y catedrático de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAC), Víctor Manuel Sánchez, revela que en el año 2000 las siete organizaciones que operaban en el país eran: el Cártel del Golfo, el Cártel de Tijuana, el Cártel de Juárez, el Cártel de Colima, el Cártel de Sinaloa, el Cártel del Milenio, y el Cártel de Oaxaca.
Sin embargo, una primera división de esas organizaciones criminales creó 53 más.
En entrevista, el investigador explica que la fragmentación de las organizaciones criminales se debe al “descabezamiento” de éstas, pues por años, el gobierno optó por detener a los liderazgos, lo que generó disputas por la organización o la creación de nuevas.
“En gran medida la fragmentación se ha derivado de los ataques que han recibido organizaciones criminales que pierden líderes, o sea, ya sea que su líder es arrestado o muere. Entonces esto genera una especie de crisis interna y lucha por el liderazgo y es la principal razón que ha fomentado la fragmentación”, detalla.
Les comparto una línea del tiempo en donde se muestra la fragmentación de los cárteles de la droga en los últimos 25 años. Pasamos de 7 grandes organizaciones a más de 150 organizaciones medianas entre el 2000 y 2025. En la imagen se muestran solo las principales. pic.twitter.com/3WVNiNRGqx
Hay otros dos factores que contribuyen a la fragmentación. Uno es que es que al interior de una organización se crea otra y que crezca tanto que opte por hacer su propia agrupación como sucedió con Los Zetas que surgieron del Cártel del Golfo o con Los Talibanes que salieron de Los Zetas.
Y el otro es que haya una traición en la agrupación original y un rompimiento como sucedió con el surgimiento de Los Beltrán Leyva, la cual nació tras la captura de Alfredo Beltrán Leva, cuyo hermano, Arturo, acusó a sus socios Joaquín “El Chapo” Guzmán e Ismael “El Mayo” Zambada de entregarlo a Estados Unidos.
Por la fragmentación de las organizaciones criminales surgieron en los últimos años agrupaciones como El Cártel del Noreste, El Cártel Santa Rosa de Lima, La Familia Michoacana, Los Ardillo, Guerreros Unidos y El Cártel del Tláhuac.
La fragmentación se acentuó en México a partir de la llamada guerra contra el narcotráfico, periodo en el que el gobierno del gobierno de Felipe Calderón puso el énfasis en detenciones de criminales.
El artículo "La guerra contra el narcotráfico en México" , escrito por Jonathan Rosen y Roberto Zepeda, sostiene que la fragmentación de agrupaciones representa más problemas para las autoridades porque en ocasiones pueden ser imperceptibles.
“Como resultado de la guerra contra el narcotráfico se incrementó el número de cárteles de las drogas en el periodo de Calderón… En el año 2007 había ocho organizaciones, mientras que para el año 2010 el número aumentó a 12 y en el 2012 se identificaron 16 cárteles. La fragmentación de los cárteles presenta mayores problemas para el gobierno pues las organizaciones pequeñas pueden funcionar más fácilmente porque no son tan perceptibles”, refiere.
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Descabezar organizaciones no acaba con el mercado
Alejandro Martínez, profesor de la Universidad La Salle, explica que el descabezamiento de organizaciones criminales no acaba con ellas, pero tampoco con los mercados ilícitos.
“La estrategia de descabezar a los cárteles no disminuye el flujo de drogas a los mercados, al contrario, es tan motivante en términos de que lo ilícito genera ganancias, por lo que en lugar de desaparecer un grupo delictivo, se fragmenta y tenemos mayor violencia a nivel nacional”, sostiene.
Además de factores internos, las organizaciones criminales han podido multiplicarse por causas como la omisión de las autoridades para permitirles operar y las ganancias que los mercados ilícitos generan.
Una de las organizaciones que creció gracias a la omisión de las autoridades es “La Barredora”, la cual tenía como su líder al Comandante “H”, Hernán Bermúdez, quien también fue secretario de Seguridad de Tabasco.
“La Barredora era una banda muy pequeña, que si bien ya existía, fue creciendo bajo el amparo de las autoridades en Tabasco, en concreto, de Hernán Bermúdez y este paraguas de protección institucional, le sirvió para ir afianzando a esta a esta organización”, explica Sánchez.
Hernán Bermúdez, exsecretario de Seguridad de Tabasco, ha sido señalado como líder de "La Barredora".(Foto: Cuartoscuro.)
Multiplicación desata violencia
La aparición y operación de más organizaciones criminales suele estar estrictamente relacionada con el incremento de la violencia en territorios.
Sinaloa es un ejemplo de ello, pero también Michoacán. En 2006 en esa entidad operaban alrededor de seis grupos criminales, entre ellos Los Caballeros Templarios, La Familia Michoacana y Los Valencia. Sin embargo, 20 años después, se identifican 24 grupos con presencia en 45 de los 113 municipios, de acuerdo con un análisis de AC Consultores.
“A más organizaciones, mayor es la probabilidad de que se empalmen en los territorios, lo que se traduce en inseguridad para diferentes regiones del país, lo estamos viendo en Sinaloa”, explica Víctor Manuel Valdés.
Al haber más “jugadores” en el mercado ilícito, deben buscar cómo generar sus ganancias, por lo que amplían sus actividades, por lo que la población sufre las consecuencias.
“Mientras más pequeñas sean las organizaciones, más extractivas se vuelven con la población. Muchas de estas organizaciones pequeñas no tienen acceso al tráfico internacional de drogas o no necesariamente controlan la ordeña de productos de huachicol o no pueden llevar a cabo huachicol fiscal en puertos o en fronteras, por ende, se están concentrando en extorsión, en secuestro, narcomenudeo, etcétera”, agrega el experto en la UAC.
La división de las actividades delictivas genera más competidores, lo que obviamente que impacta en la disputa por los controles territoriales”
Alejandro Martínez, experto en seguridad de La Salle.