“La División Ambiental de Fuerza Civil que son más de 500 elementos y más de 100 patrullas que van a dedicarse exclusivamente a combatir los delitos ambientales. Ahí están en el Código Penal del Estado y son nueve. Entonces aprovecho para lanzar la advertencia que vamos a ir durísimo y quien se meta con un animal, quien contamine va a la cárcel”, manifestó el gobernador.
“Los siguientes tres años de este sexenio vamos a ser muy contundentes y que quede claro que los delitos ambientales que eran letra muerta y estaban ahí en un Código se van a ejercer y va a haber cárcel a quien infrinja las normas y las leyes ambientales”, agregó entonces.
Por su parte, en San Luis Potosí, también avanza lo que algunos han llamado la “Ley Hope”, una iniciativa ciudadana respaldada por legisladores que busca aumentar las sanciones por daño, abandono o muerte de animales.
La iniciativa surgió luego de que una perrita con este nombre fue quemada viva y golpeada hasta la muerte en la ciudad de San Luis Potosí.
Aunque los responsables fueron identificados, uno de los agresores logró su libertad con el pago de 2,500 pesos y 4 bultos de croquetas.
Ante ello, animalistas impulsan la aprobación de La Ley Hope que propone endurecer las penas por maltrato animal, especialmente en casos de sadismo, zoofilia, muerte y sobreexplotación física; garantizar que estos delitos no prescriban, asegurando justicia y fomentar educación, prevención y concientización, promoviendo una cultura de respeto y cuidado hacia todos los seres vivos.
En agosto, el Congreso de Guerrero reformó también su Ley de Bienestar Animal (Ley 491) para exigir que los establecimientos dedicados a la crianza, exhibición o venta de animales brinden condiciones dignas: espacios ventilados, iluminación adecuada y estándares sanitarios para evitar estrés y sufrimiento.
A estas iniciativas, se suma también la reforma que diputadas y diputados del Congreso de Sinaloa aprobaron en julio pasado, para incorporar la protección de los animales en la Constitución Política del Estado, así como la prohibición de su maltrato, además de establecer la obligación del Estado de garantizar su cuidado y bienestar.
En tanto que en junio de 2025, Chiapas aprobó una ley que ya sanciona el maltrato, la crueldad, el abandono y las peleas de perros.
La reforma tipificó por primera vez el maltrato y la crueldad animal como delitos, un avance histórico para la entidad, que hasta entones era la única en el país que no contemplaba sanciones penales en esta materia.
Las reformas estableció así penas de 6 a 12 meses de prisión y multas de 50 a 100 UMA, es decir de 5,657 a 11,314 pesos, para quien incurra en maltrato o crueldad. Si el acto causa afectaciones físicas permanentes, la pena aumenta a 12 a 24 meses de prisión y sanciones de 200 a 400 UMA, es decir de 22,628 a 45,256 pesos.
En tanto que en los casos en los que el agresor provoque la muerte del animal, las sanciones ascenderán a dos a cinco años de prisión y multas de 300 a 600 UMA, de 33,942 a 67,884 pesos, además de la posibilidad de inhabilitar por hasta tres años a quienes profesionalmente cuiden animales.
Cabe recordar que a 2023, de acuerdo con el Senado de la República , 27 de los 32 estados contaban con leyes específicas de protección animal, mientras que entidades como Morelos y Yucatán todavía no habían desarrollado una legislación completa en la materia.
Esto pese a que en casi todo el país, el maltrato a los animales es considerado como un delito con penas que van desde un mes hasta seis años en prisión.