De acuerdo con el Río Doce, el establecimiento Terrazas Valentino, inaugurado en septiembre de 2022, no es el único negocio vinculado con el exsecretario que se ha visto envuelto en hechos similares.
Dos meses antes, en el bar Cotorritos Marina, también de su propiedad, tres jóvenes originarios de Culiacán fueron reportados como desaparecidos tras una riña al interior del lugar por un vapeador.
De acuerdo con las autoridades, los jóvenes abordaron un vehículo de plataforma la madrugada del 4 de agosto y permanecieron inlocalizables durante varios días, hasta que fueron encontrados con vida.
A partir de ese episodio, la exdiputada local Karla Montero, tía de uno de los desaparecidos, hizo un llamado público a evitar viajar a Mazatlán, al considerar que el puerto “no es seguro” para los visitantes.
Violencia sin tregua
A la par de las desapariciones de estos jóvenes, desde el 9 de septiembre de 2024 la violencia no da tregua en el estado gobernado por Rubén Rocha.
De día o de noche, la cuna del Cártel de Sinaloa registra homicidios, robo de automóviles, balaceras y enfrentamientos como parte de la disputa que sostienen “Los Chapitos” y “Los Mayitos”.
Este viernes se informó que del 18 al 23 de octubre se detuvo a 37 personas y se aseguraron 29 armas largas, 12 armas cortas, cargadores, cartuchos y explosivos, así como 19 vehículos, algunos con reporte de robo.
En conferencia de prensa, Verona Hernández Valenzuela, vocera de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, informó que el pasado jueves en el municipio de Navolato las autoridades aseguraron a 11 personas en posesión de un importante arsenal: nueve armas largas, tres armas cortas, 21 cargadores de distintos calibres, 538 cartuchos útiles y dos cintas para ametralladora con 150 cartuchos cada una.
Ese mismo día, en el interior de un residencial de Culiacán elementos del Grupo Interinstitucional detuvieron a siete civiles, entre ellos una mujer, a quienes se les confiscaron cinco armas largas, 33 cargadores, 818 cartuchos y un vehículo.
Durante este mismo periodo, las corporaciones participantes aseguraron 43 artefactos explosivos, los cuales fueron neutralizados por la célula especializada del Ejército Mexicano encargada del manejo de ese tipo de materiales.
Asimismo, en diversas acciones de seguridad se decomisaron 22 cartuchos, 123 cargadores y diferentes tipos de droga. En operativos paralelos, el Grupo Interinstitucional localizó y desmanteló dos laboratorios clandestinos dedicados a la producción de estupefacientes, así como un campamento y un área de almacenamiento de precursores químicos.