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Violencia en Michoacán confronta a AMLO y Ramírez Bedolla con Iglesia

El asesinato de Hipólito Mora generó desencuentros entre la autoridad y el obispo de Apatzingán luego de que en lugar de festejos, consideró México debería estar de duelo por la inseguridad.
jue 06 julio 2023 06:00 AM
Michoacan-violencia
Michoacán es el sexto estado más violento del país. El pasado 29 de junio, en esa entidad fue asesinado Hipólito Mora, exlíder de las autodefensas.

El clima de inseguridad en el sexto estado más violento del país está confrontado a las autoridades con la Iglesia. El asesinato de Hipólito Mora el jueves pasado propició desencuentros e intercambios de declaraciones entre el presidente Andrés Manuel López Obrador, el gobernador de Michoacán y el obispo de Apatzingán, Cristóbal Ascencio García.

Desde hace alrededor de 16 años, la violencia no da tregua en Michoacán. Ese estado del Pacífico mexicano vive un ambiente de inseguridad que se manifiesta en homicidios dolosos, extorsiones, secuestro y narcotráfico.

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La semana pasada, un episodio de violencia conmovió a la entidad. Tras varias amenazas, Hipólito Mora fue asesinado cuando regresaba de su parcela hacia su casa. De acuerdo con la Fiscalía de Michoacán, alrededor de 25 integrantes “Los Viagras” atacaron a Mora, lo asesinaron y quemaron.

"Se identificó a 25 gatilleros, los que participaron, todos corresponden a un mismo agrupamiento criminal, 'Los Viagras'", detalló el fiscal Adrián López ante representantes medios de comunicación.

Las condenas por este hecho pronto surgieron, entre ellas la del propio presidente Andrés Manuel López Obrador, quien adjudicó ese episodio a parte de la herencia que le dejaron los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

“Esto que está sucediendo pues tiene como antecedente, aunque a veces se olvida, lo que se provocó en el pasado, este es un remanente de la violencia que se auspició y permitió desde el gobierno. Acuérdense que hubo un narco-Estado en México durante el gobierno de Felipe Calderón. El secretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón, que está preso, acusado de complicidad con narcotraficantes, aplicó una estrategia de eliminación de unos delincuentes y de protección a otros”, dijo el presidente el pasado viernes en su conferencia matutina .

Ese mismo día, al celebrar los cuatro años de la entrada en operación de la Guardia Nacional, el mandatario federal aseguró que el país “iba bien” en materia de seguridad, ello a pesar de que se perfila a ser el sexenio con más homicidios dolosos.

“Vamos a continuar avanzando hasta garantizar la paz y la tranquilidad en nuestro país. Vamos bien con esta estrategia. Desde luego, no ha sido fácil porque hubo muchos años, décadas, de desatención, y lo peor de complicidades entre autoridades y delincuencia, no estaba pintada la raya, la frontera entre delincuencia y autoridades, eran lo mismo, era una asociación delictuosa”, afirmó ante centenares de miembros de la corporación.

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Un día después, el presidente de la República celebró sus cinco años del triunfo en las urnas. En un discurso de más de una hora, el mandatario federal habló de sus logros al frente del gobierno, en el que incluyó avances en seguridad pública como una disminución eh homicidios dolosos.

“En materia de seguridad pública está funcionando bien nuestra estrategia de atender las causas de la violencia, con el criterio de que la paz es fruto de la justicia: los delitos del fuero federal se han reducido en 22 por ciento, el homicidio en 17 por ciento, el robo en 25 por ciento, el feminicidio en 38 por ciento, el robo de vehículo en 43 por ciento y el secuestro en 79%”, resaltó el presidente .

Este festejo ocasionó criticas desde la iglesia de Michoacán. El obispo Ascencio García consideró que en lugar de celebración debió haberse declarado luto en el país por la violencia que aqueja no solo a esa entidad, sino al país.

“En vez de haber celebrado festivamente allá en el Zócalo ¿Por qué no celebrar un día de luto, de duelo nacional? No solo por los fieles de mis diócesis que han perdido la vida, por tantos hermanos de México. Celebrar un día de duelo y reconocer que en nuestro país hay más violencia que hace cinco años”, comentó.

Otro sacerdote que se sumó a las críticas fue Luis Manuel López Alfaro, obispo auxiliar de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas en Chiapas, quien señaló que existe un vacío de autoridad en el país y que debido a ello se permiten balazos, aparecen muertos y los delincuentes están impunes.

Hasta el 30 de mayo, el gobierno del presidente López Obrador sumaba 148,805 homicidios dolosos, cifra que está cerca de rebasar las muertes registradas en la administración de Enrique Peña Nieto que fueron 156,066.

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Desde Palacio Nacional hubo respuesta. Si bien el presidente dijo que los religiosos están en su derecho de manifestarse, criticó que haya algunos religiosos más cercanos a “los potentados”.

“Desde luego que somos libres, hay veces que la jerarquía de la iglesia tiene más simpatía por los potentados, por los ricos, muy contrario al sentimiento, a la esencia del cristianismo, porque Jesús Cristo siempre estuvo a favor de los pobres”, aseguró.

El gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, también respondió al obispo Ascensio García y le recomendó que si quiere hacer política, dejar la iglesia.

“Está haciendo política el obispo, por lo que veo. Tenemos en Michoacán luego personajes muy protagónicos, con declaraciones muy estridentes, relacionados con grupos del crimen organizado e incluso hay clérigos que han admitido tener acercamiento, diálogo, con líderes criminales y bueno, pues sí, se vale y es loable, para eso estamos, para ser criticados, pero critican al Estado, lo atacan, pero ellos mismos encubren a generadores de violencia y luego se convierten en voceros de bandas de criminales, desafortunadamente. A veces no se dice por la hipocresía política, pero es clara la intención de esta declaración desde un púlpito de Apatzingán del obispo, de hacer política. Si quieren hacer política que dejen la sotana y se metan al tema electoral”, dijo el mandatario de extracción morenista.

El obispo michoacano afirmó que no es su intención hacer política, pero aclaró que la realidad no se puede ocultar.

Y sí, Michoacán es un estado donde la violencia es un problema cotidiano. En esa entidad de 58,598 kilómetros de extensión territorial hay presencia del Cártel Jalisco Nueva Generación, la Nueva Familia Michoacana, remanentes de la Familia Michoacana y de los Caballeros Templarios, el Cártel de Tepalcatepec, el Cártel de Los Reyes, el Cártel de Los Correa, Cártel de Zicuirán, Cártel de El Camaleón y Los Viagra.

El 2022, esta entidad cerró como la cuarta más violenta, y en los primeros cinco meses de este año se ubicó como la sexta.

Los michoacanos viven bajo acecho. La Secretaría de Seguridad Pública de la entidad tiene identificados como zonas de riesgo a municipios como Zamora, Jacona, Tangamandapio, Tangancícuaro, Jiquilpan, Los Reyes, Charapan, Uruapan, Tingambato, Ario de Rosales, Buenavista, Tepalcatepec, Apatzingán, Aguililla, Juárez, Susupuato, Hidalgo, Zitácuaro, Quiroga, Chilchota, Cherán y Nahuatzen.

Éste no es el único desencuentro que ha habido entre la autoridad y la Iglesia. El año pasado el asesinato de dos padres en Chihuahua también generó una confrontación por la violencia. El Episcopado Mexicano afirmó que México está salpicando sangre por “tantos muertos y desaparecidos”, por lo que en junio de 2022 pidieron al presidente Andrés Manuel López Obrador cambiar su estrategia de seguridad porque la actual está "fracasando".

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