Desde Palacio Nacional hubo respuesta. Si bien el presidente dijo que los religiosos están en su derecho de manifestarse, criticó que haya algunos religiosos más cercanos a “los potentados”.
“Desde luego que somos libres, hay veces que la jerarquía de la iglesia tiene más simpatía por los potentados, por los ricos, muy contrario al sentimiento, a la esencia del cristianismo, porque Jesús Cristo siempre estuvo a favor de los pobres”, aseguró.
El gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, también respondió al obispo Ascensio García y le recomendó que si quiere hacer política, dejar la iglesia.
“Está haciendo política el obispo, por lo que veo. Tenemos en Michoacán luego personajes muy protagónicos, con declaraciones muy estridentes, relacionados con grupos del crimen organizado e incluso hay clérigos que han admitido tener acercamiento, diálogo, con líderes criminales y bueno, pues sí, se vale y es loable, para eso estamos, para ser criticados, pero critican al Estado, lo atacan, pero ellos mismos encubren a generadores de violencia y luego se convierten en voceros de bandas de criminales, desafortunadamente. A veces no se dice por la hipocresía política, pero es clara la intención de esta declaración desde un púlpito de Apatzingán del obispo, de hacer política. Si quieren hacer política que dejen la sotana y se metan al tema electoral”, dijo el mandatario de extracción morenista.
El obispo michoacano afirmó que no es su intención hacer política, pero aclaró que la realidad no se puede ocultar.
Y sí, Michoacán es un estado donde la violencia es un problema cotidiano. En esa entidad de 58,598 kilómetros de extensión territorial hay presencia del Cártel Jalisco Nueva Generación, la Nueva Familia Michoacana, remanentes de la Familia Michoacana y de los Caballeros Templarios, el Cártel de Tepalcatepec, el Cártel de Los Reyes, el Cártel de Los Correa, Cártel de Zicuirán, Cártel de El Camaleón y Los Viagra.
El 2022, esta entidad cerró como la cuarta más violenta, y en los primeros cinco meses de este año se ubicó como la sexta.
Los michoacanos viven bajo acecho. La Secretaría de Seguridad Pública de la entidad tiene identificados como zonas de riesgo a municipios como Zamora, Jacona, Tangamandapio, Tangancícuaro, Jiquilpan, Los Reyes, Charapan, Uruapan, Tingambato, Ario de Rosales, Buenavista, Tepalcatepec, Apatzingán, Aguililla, Juárez, Susupuato, Hidalgo, Zitácuaro, Quiroga, Chilchota, Cherán y Nahuatzen.
Éste no es el único desencuentro que ha habido entre la autoridad y la Iglesia. El año pasado el asesinato de dos padres en Chihuahua también generó una confrontación por la violencia. El Episcopado Mexicano afirmó que México está salpicando sangre por “tantos muertos y desaparecidos”, por lo que en junio de 2022 pidieron al presidente Andrés Manuel López Obrador cambiar su estrategia de seguridad porque la actual está "fracasando".