¿Pero por qué no hay resultados?
Los expertos en seguridad consideran que enviar más militares a Michoacán para intentar pacificarlo es más medida reactiva, y no la solución de fondo, por lo que no se resolverá la inseguridad lanzando otro Operativo Conjunto Michoacán (con Felipe Calderón), Plan Michoacán (con Enirque Peña Nieto) ni Plan de Apoyo a Michoacán (con Andrés Manuel López Obrador).
“Michoacán es un estado que es un paradigma, de los continuos fracasos de las intervenciones federales por querer mitigar, reducir o eliminar los ciclos de violencia y la letalidad. Michoacán ha tenido el mayor número de intervenciones federales, sin embargo no se han implementado estrategias para aminorar los indices de violencia”, sostiene Maldonado Aranda.
Explica que la estrategia de disuasión, difícilmente logrará la desarticulación de las redes delictivas que están consolidadas desde hace algunas décadas y que han visto en la economía michoacana una forma de obtener recursos a través de la extorsión.
“Ni la creciente militarización, ni el mayor número de cuerpos policiales, ni de Fuerzas Armadas han logrado aminorar los enfrentamientos y la violencia. Una estrategia de disuasión no alcanza a desarticular estructuras delictivas que son sumamente complejas”, agrega Maldonado Aranda.
Víctor Hernández considera que además de más presencia de fuerzas de seguridad, deben implementarse medidas a largo plazo como el fortalecimiento de policías municipales y estatales y el fortalecimiento de las Fiscalías para que investiguen y resuelvan.
“La política de seguridad está sometida a lógicas electorales. Un problema como la seguridad debería tener una lógica presupuestal distinta, transexenal, que su presupuesto no se pueda alterar, como se hace con los megaproyectos”, sostiene