Lavaderos de Almoloya: del rescate a una fugaz apertura a turistas
El gobierno de Puebla busca rescatar sitios históricos, entre ellos los lavaderos públicos que datan del siglo XIX, mismos que volvieron cerrar por daños y riesgos por la alteración de la estructura.
Fueron bautizados como los Lavaderos de Almoloya en 1863. Se trata de los primeros lavaderos públicos construidos en Puebla, en el barrio de San Francisco y a los que solo los huéspedes del hotel que los alberga tenían acceso.
Apenas el 22 de mayo el sitio había abierto al público, como parte de un programa de rescate de bienes públicos en manos de particulares de la administración actual, encabezada por Miguel Barbosa Huerta, pero nuevamente volvió a cerrar debido a que el gobernador aseguró que la zona podría colapsar.
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A 26 días de abrir, el gobierno del estado –con el aval del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)– determinó que se debía cerrar al público el espacio subterráneo que se encuentra debajo de Los Lavaderos de Almoloya, al detectar un importante deterioro debido que esta estructura era un drenaje del siglo XVI.
El gobernador señaló que las empresas privadas que estaban apoderadas de la zona histórica, intervinieron el drenaje para convertirlo en un túnel, el cual formaba parte del recorrido turístico, con estructuras endebles, lo que dañó la bóveda del lugar que cruza por debajo de Los Lavaderos, por lo que actualmente se trabaja en un proyecto de estructuración.
Este sitio histórico donde las mujeres del siglo XVII acudían a lavar ropa propia o ajena forma parte de un rescate de un total de 8,000 metros cuadrados de bienes públicos que el gobierno de Miguel Barbosa Huerta quitó a particulares con el proyecto de convertirlo en una ruta turística.
No obstante los visitantes tendrán que esperar para conocer los lavaderos, debido a los daños encontrados en los drenajes que los rodean y que años pasados eran considerados túneles.
Según historiados, en ese lugar surgieron las frases como: “ahí en el lavadero”, “lo oyó en el lavadero” o los “chismes de lavadero”, pues las mujeres del siglo XVII, principalmente indígenas negras y mulatas, se la pasaban horas y horas tallando y enjugando sus bultos de ropa.
Hasta antes del 22 de mayo, estas piezas patrimonio cultural de la humanidad, servían de vista al bar del hotel que lo presumía como suya y que cobraba por admirarlas, sin reportar nada al estado, según ha dicho el gobernador Miguel Barbosa.
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Un recorrido “recuperado”
Los Lavaderos de Almoloya se encuentran en el barrio de San Francisco: el centro de la fundación de la ciudad de Puebla en 1531. A través de un túnel que se ubica en la fuente de Los Leones, se puede admirar cómo brota el agua que cruza por debajo de la ciudad. Este pasadizo es el que conecta con los 120 lavaderos.
Saliendo de los lavaderos hasta llegar al patio del hotel, se encuentra un segundo túnel para llegar al Jardín Trinitarias, donde fueron hallados restos humanos antiguos el pasado 31 de mayo, piezas bajo el resguardo del INAH, pero aún quedan restos del cuarto del beato Sebastián de Aparicio.
Este túnel fue ocupado durante los últimos años por los huéspedes del hotel para bodas y eventos, pues podían dormir en este espacio y cruzar por debajo hacia el jardín que administraba otro particular donde se oficiaban las misas y se hacían las fiestas.
Actualmente, también se está desmantelando una capilla que fue improvisada, pues de acuerdo con el director de Bienes Muebles e Inmuebles, Igor Emilio Ferrer Acuña, fue construida cerca del espacio subterráneo y era realmente una cisterna, por lo que el agua invade la estructura.
El Jardín Trinitarias conecta al exconvento y capilla de San Francisco, también del siglo XVI. Alejandro Montiel, curador de los espacios recuperados e historiador, explica que en esta zona tuvo una habitación el Beato Sebastián de Aparicio Prado, quien fue un religioso franciscano español que llegó a Puebla en la conquista.
Todo el recorrido de los 8,000 metros cuadrados rescatados que pretende ser una ruta turísticas concluye en Plaza de La Madre, ubicada en la 4 Oriente y 14 Norte, zona que también era ocupada por un restaurante como estacionamiento privado.
Como parte de la reactivación, el gobierno estatal está en proceso de desarrollar una aplicación para teléfonos celulares que les permita recorrer digitalmente los espacios de los vestigios franciscanos y así darse una idea de cómo era antes, una vez que los espacios vuelvan a abrir para ser visitados y continúe el proyecto de la ruta turística.