La violencia en el estado no es nueva. Desde hace cuatro años, Quintana Roo vive una serie de crímenes sin precedentes, situación que pone en riesgo al sector económico más importante de la región: el turismo.
Especialistas en seguridad y en turismo consultados por Expansión Política, coinciden en que mientras más éxito y demanda tenga una ciudad o estado, más atractivo se vuelve para el crimen organizado, y por eso urge la intervención de una estrategia de seguridad especializada.
"Ciudades como Cancún (Quintana Roo) o Acapulco (Guerrero) generan mayor demanda de ciertos servicios de turismo: surf en la playa, lanchas para salir a pescar, etcétera. Y desafortunadamente, también tienen alta demanda de (tráfico, venta o producción de) estupefacientes y otro tipo de cuestiones que es importante que el Estado regule", señala Christian Berger, expresidente de la Asociación Nacional de Comités Ciudadanos de Pueblos Mágicos.
Erubiel Tirado Cervantes, coordinador del Programa de Seguridad Nacional, Democracia y Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana, indica que las fuerzas armadas, sobre todo la Marina, tienen un papel importante para tratar de contener la violencia en estas zonas turísticas. Sin embargo, están "distraídos" con otros frentes.
El aumento de los homicidios en cuatro años
Desde 2017, en Quintana Roo se han registrado varios hechos de violencia que antes eran inusuales, incluso cuando el resto del país sufría las consecuencias de la llamada guerra contra el narcotráfico, emprendida en 2006 por el entonces presidente Felipe Calderón.
Uno de estos hechos fue el tiroteo en la famosa discoteca Blue Parrot en Playa del Carmen, cometido el 16 de enero de 2017 y el cual dejó seis muertos y 15 heridos, la mayoría de nacionalidad extranjera.
En 2019, siete personas fueron asesinadas en otro establecimiento de la misma ciudad, que es considerada "el corazón de la Riviera Maya". Y en julio de este año, las autoridades encontraron una fosa clandestina con varios restos humanos a las afueras de Cancún.