Con Mario Marín suman cuatro personas detenidas de las 17 señaladas por Lydia Cacho como sus torturadores. En tanto, de los que aún siguen prófugos destacan el empresario textilero Kamel Nacif y Adolfo Karam Beltrán, exjefe de la Policía Judicial de Puebla.
Tanto Mario Marín como Kamel Nacif son señalados por tortura, y al tratarse de un delito grave no obtendrán beneficio alguno para su proceso, según lo establecido por el Tribunal que ordenó los arrestos.
El caso tiene su origen en 2005, cuando Nacif denunció a Lydia Cacho por "difamación y calumnias", luego de que su nombre apareciera en el libro Los demonios del edén.
En diciembre de 2005, cuando Mario Marín llevaba 10 meses al frente del gobierno de Puebla, policías de esa entidad detuvieron arbitrariamente a Cacho en Cancún a raíz de la denuncia de Nacif.
Durante su traslado vía terrestre de Cancún a Puebla, la periodista sufrió actos de tortura por parte de los agentes, quienes incluso amenazaron con violarla y matarla. Cacho logró quedar en libertad tras pagar una fianza de 106,000 pesos, pero el proceso legal en su contra duró más de un año.