El 19 de febrero de este mismo año se desarrolló la audiencia de desahogo de pruebas y alegatos en el Congreso de Veracruz, y una de las testigos de quienes pretendían llevar al funcionario yunista a juicio político fue la esposa de Luis Ángel Bravo, antecesor de Winckler en la FGE.
Clemencia García Talavera dijo ante los diputados que llevaron el caso que Francisco Zárate era empleado de la pareja desde hacía una década y que el día de la presunta desaparición no logró comunicarse con él, por lo que se preocupó.
El testimonio de la esposa de Bravo y los argumentos de Morena fueron insuficientes y se declaró improcedente el juicio político.
De nuevo parecía que el caso pasaría al archivo.
Sin embargo, fue reactivado por la fiscal Verónica Hernández en sus primeros 20 días al frente de la FGE, tras la suspensión temporal que orquestaron los legisladores de Morena desde la Comisión Permanente, en una maniobra que fue cuestionada por especialistas.
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Ahora Jorge Winckler es un prófugo de la justicia, pues existe una orden de aprehensión en su contra.
Winckler se defiende desde las sombras
Con la orden en su contra, el exfiscal Jorge Winckler, se defendió y negó cualquier comisión de delitos en su paso por la FGE.
“Jamás he cometido delito alguno. Los hechos que pretenden imputarme jamás existieron. Lo anterior se ha demostrado ante la autoridad federal, quien al momento de resolver el Juicio de Amparo 421/2018, así como el Amparo en Revisión 299/2018, determinaron que no existió desaparición forzada, ni privación de la libertad, ni incomunicación, ni tortura, en contra de quien denuncia”, señala en un comunicado que difundió este lunes.