Hablaba el hombre que el 1 de septiembre de 1988 interrumpió por primera vez a un presidente de la República en la lectura de su discurso en la entrega del Informe de Gobierno ante el Legislativo.
Aquella ocasión, la voz grave de Muñoz Ledo -con 55 años de edad- surgía desde las curules y se transformaba en grito. El político quería subir a la tribuna para presentar pruebas de "fraude" en los comicios efectuados ese año, en los que habría triunfado Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y no Carlos Salinas de Gortari.
El entonces presidente Miguel de la Madrid Hurtado (fallecido) detenía la lectura y se echaba un poco hacia atrás. Eran los tiempos en que el Primer Mandatario hablaba durante horas en el palacio legislativo al rendir cuentas ante el Legislativo y luego salía a recorrer las calles aledañas al centro histórico de la capital del país en un Lincoln descapotable debajo de una lluvia de confeti tricolor. Era "el día del Presidente".
Con su reclamo, Muñoz Ledo rompió con la tradición. Y aunque salió del salón de sesiones entre empellones y manotazos, su imagen con el dedo índice levantado le dio la vuelta al mundo. Ya nada volvió a ser lo mismo.
La madrugada de hoy, 33 años después, en la discusión de la reforma judicial a la que se opone, el político se remitió a ese pasaje como el punto de partida de "una transformación" en el país. Así, lanzó durante 1 hora y 24 minutos lanzó una cadena de críticas a los diputados de su partido, al presidente Andrés Manuel López Obrador y a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Preguntas para Muñoz Ledo
En al menos 13 ocasiones, el discurso de quien ha sido encargado de poner dos veces la banda presidencial fue interrumpido por preguntas de legisladores que asistieron a la sesión semipresencial que se prolongó por horas.
La primera pregunta vino de la diputada Inés Parra de Morena.
La respuesta fue una métafora con la que Muñoz Ledo criticó al vicecoordinador del Partido Verde en el Senado de la República, Luis Bolaños, por haber propuesto la adición del artículo transitorio que modificará la ampliación del plazo del presidente de la SCJN, de 2022 a 2024.
“Aparece el mapache, un senador que no ofendo, todos me merecen respeto, militante, creo que del Partido Verde, de una vieja familia dinástica, del viejo régimen en Oaxaca, y en el último minuto mete por debajo de la mesa un artículo tercero, décimo tercero transitorio que nadie conocía, que nadie había leído. Abajo de ese transitorio solo se lee: sufragio efectivo, no reelección”, expresó Porfirio Muñoz Ledo.
E inmediatamente dijo que fue “sorprendente” que López Obrador haya avalado y elogiado esa ampliación de mandato.
Muñoz Ledo cuestionó si referirse al Congreso como honorable, es merecido y advirtió que votar para avalar ese artículo décimo transitorio era un perjurio.
“No somos rebaño. No somos mesnada. No somos cardumen como los pececitos. Somos diputados de la nación y hemos jurado cumplir a la Constitución y habremos de imponerla”, exclamó.