¿Cuál es el principal aporte que ha tenido esta legislatura en específico para la Ciudad de México?
Yo creo que hay muchas aportaciones, pero también, en mi opinión personal —esto así lo aclaro, no en calidad de la presidenta del Congreso— es que se han dejado de aprovechar oportunidades para trabajar por la Ciudad.
¿Cuáles de manera específca?
La agenda durante los dos primeros años legislativos de este Congreso, pues ha estado muy acotada por una mayoría. Este Congreso en particular tiene una mayoría que tiene la posibilidad por el número de integrantes y sus aliados, de controlar gran parte de la agenda del Congreso.
¿Qué ha quedado a deber el Congreso?
De entrada tenemos retraso en mucha de la legislación que es un encargo, un mandato constitucional.
¿Cómo quitar la imagen de que el Congreso es un organismo muy pesado, que cuesta mucho dinero y que se avanza poco?
Creo que hoy por hoy, la mayoría de los legisladores se preocupan más por las diferencias que por las coincidencias, y tenemos muchas deudas para la Ciudad, para los capitalinos, pero sí deberíamos hacer un esfuerzo para seguir encontrando estas coincidencias. Si ves una sesión en el Congreso, los debates más largos son producto de la descalificación y es una descalificación que no nos lleva a construir. Alguna vez yo señalaba, en la medida en la que se adjetiviza, que se siguen poniendo adjetivos calificativos en un debate, pues quiere decir que estamos desatendiendo lo sustantivo, la materia de trabajo.
Y al final, ¿la imagen de los diputados no se desgasta con los ciudadanos?
Sí, pero eso es algo en lo que cada legislador tiene que hacer conciencia. Y también hay que decirlo, yo sí estoy convencida de que los capitalinos deben identificar a su diputado, conocerlo, ver en qué temas trabaja, cuál es su postura, porque no necesariamente la postura de un legislador coincide con su electorado. Y tendríamos que entrar a una etapa distinta, producto y reflejo de una ciudad que ha ido madurando en términos de su propia democracia.
"Ya tenemos una Constitución, ya tenemos un Congreso. Necesitamos exigir a estos congresistas resultados sobre su trabajo, y eso corresponde a los ciudadanos".
Un reciente informe del departamento de servicios parlamentarios del Congreso de la Ciudad de México refiere que en lo que va de la segunda legislatura, el promedio de aprobación de iniciativas inscritas por diputados de todas las bancadas es del 17%.
El documento señala que desde el inició de la segunda legislatura, el 1 de septiembre de 2021, diputados inscribieron 2,206 iniciativas o reformas a la ley, de las cuales 1,036 fueron en el primer año legislativo y 1,167 en el segundo año y del total, solo 351 fueron aprobadas.
En dos años, el Congreso capitalino aprobó leyes y reformas como la llamada “Ley Chancla” para sancionar los castigos corporales a menores de edad, reformas al código de Código de Instituciones y procedimientos electorales que dio origen a un recorte de estructura al Instituto Electoral de la Ciudad de México, la Ley 3 de 3 contra la Violencia de Género para evitar que agresores de mujeres o deudores alimentarios no puedan ser elegibles a un cargo de elección popular, entre otras.
A finales del mes de junio, el legislativo capitalino avaló en paquete distintas reformas que eran prioridad para la exjefa de gobierno, Claudia Sheinbau, antes de separarse de su cargo para competir por la candidatura presidencial, en las que elevó a rango constitucional sus programas de becas para niñas y niños en edad escolar, internet gratuito y el reconocimiento del sistema PILARES como sistema de educación comunitaria.
Propuestas de reforma a la ley para sancionar la reventa de boletos de espectáculos, la prohibición a las corridas de toros, la regulación de plataformas de hospedaje y de alimentos y adiciones a la ley de residuos sólidos para incluir a los plásticos usados por el comercio electrónico e incluso la reforma para fragmentar las alcaldías Gustavo A. Madero e Iztapalapa y crear cinco nuevas demarcaciones han quedado “atoradas” en las distintas comisiones.