El choque de una camioneta contra el nuevo habitante del Paseo de la Reforma a unos días de su plantación, las manifestaciones por parte de organizaciones que pedían que este espacio se convirtiera en un memorial para las víctimas de desaparición, la detección de tres hongos, así como la llegada del otoño e invierno, retrasaron el brote de hojas nuevas.
Tanto el funcionario de Sedema, como el especialista, coincidieron en que el ahuehuete concentra sus energías en generar raíces nuevas y que será a finales de marzo cuando broten nuevas hojas.
El árbol no ha muerto
Tras darse a conocer imágenes en redes sociales del ahuehuete de 20 años de edad proveniente de un vivero de Nuevo León, el cual da una impresión de haber muerto, Isidro Recillas Silva, subdirector de Diseño y Evaluación de Proyectos de Sedema, explicó que el ejemplar llegó al otoño sin haberse adaptado al 100%.
Dijo que es un proceso natural que en esta temporada, todos los árboles tiren sus hojas, por lo que estiman que durante el invierno el árbol se mantenga concentrado en generar nuevas raíces.
Negó que pese a su estado físico, el árbol haya muerto, ya que constantemente se verifica la elasticidad de las ramas y el estado de salud de las raíces.
“Si el árbol estuviera seco, el tronco se cuartearía, ¿no? Y el tallo está bien, entonces son signos de que el árbol está ahí, está vivo, en proceso de adaptación, entonces el árbol solito se regula y tira el follaje, pero una vez bien establecido, lo repone de manera inmediata”, señaló.
El funcionario resaltó que el ahuehuete es una especie que se puede adaptar al suelo y a las condiciones del Paseo de la Reforma y muestra de ello son los 24 ahuehuetes plantados alrededor de la Diana Cazadora, los cuales están fuertes y sanos.
Sin embargo consideró que hubo factores externos que no ayudaron a que el ahuehuete se adaptará en los primeros seis meses de su plantación.
“Nosotros hacemos estudios constantes en ramas y raíces y te puedo decir que (el árbol) está vivo, el retraso en el follaje es algo que no nos gusta, la gente lo ve de lejos y es su impresión, pero nosotros que lo vemos y estudiamos seguimos dando tratamientos”, afirmó.
Isidro Recillas Silva dijo que durante los primeros meses se realizó un riego de hasta 600 litros de agua diarios, que junto con la temporada de lluvia ayudaron a mantener hidratado el árbol, ahora solo se riega dos veces a la semana con cerca de 200 litros de agua.