Edgar Ojeda, Ingeniero en Restauración Forestal por la Universidad Autónoma Chapingo y arborista certificado, explicó a Expansión Política que el Ahuehuete de reforma no está seco, pues está concentrando todas sus energías en adaptarse a su nuevo entorno y regenerarse luego de haber tirado varias hojas y ramas durante su traslado desde Nuevo León hacia la Ciudad de México.
Dijo que uno de los signos de que este árbol está vivo son las yemas color verde en la parte más alta, lo que significa que está generando nuevas raíces absorbentes de humedad, mismas que podrían ser del tamaño de un cabello.
“Es un mecanismo de defensa, el ahuehuete se concentra en crear nuevas raíces en crear nuevos tejidos foliares, nievas hojas, realmente el hecho de que en las puntas tenga hojas verdes, es un indicador muy bueno, porque este tipo de árboles se regeneran de arriba hacia abajo”, explicó.
Agregó que un árbol de esta edad y características tarda un tiempo en que se observe frondoso y más cuando vivió un traslado de un lugar a otro, hubo cambio de suelo y entorno,
Sin embargo, no será hasta finales de julio o principios de agosto cuando ya se pueden observar nuevos brotes de hojas y ramas ya que todo el trabajo que realiza el ejemplar es debajo de la tierra.
“No es igual a una planta chica o herbácea o arbustiva, los árboles son más lentos, en este caso, la especie es muy longeva, para ello, un mes es como un suspiro para nosotros”, apuntó.
Resaltó que la época de lluvias y humedad por la que atraviesa la Ciudad de México ayuda mucho a la adaptación del ahuehuete de Reforma ya que esa agua contiene mucho nitrógeno, esencial para su regeneración.