La ciudad fue pionera en el país al aprobar en 2007 la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) hasta las 12 semanas de gestación.
No obstante, hacerlo más allá de ese límite es considerado como un delito cuya sanción va de los tres a seis meses de prisión o de 100 a 300 días de trabajo a favor de comunidad para la mujer o persona gestante, así como de uno a tres años para quien provoque el aborto con consentimiento de la persona.
A partir de la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que determina como inconstitucional criminalizar el aborto de forma absoluta –emitida el 7 de septiembre de 2021–, con lo que jueces y juezas están impedidos de imponer condenas, mantener este delito en la ciudad es estigmatizar el aborto, considera la diputada Ana Francis López Bayghen.
“Una de las implicaciones es continuar con el estigma. Es decir, si no es un delito, no se puede sancionar, ¿para qué está en el Código Penal?
“El problema de este estigma es que va contra mujeres en una circunstancia complicada, es decir, ninguna aborta haciendo fiesta, son decisiones complejas que tomamos por una cantidad infinita de razones, todas ellas muy válidas”, dice en entrevista.