Sin embargo, la cantidad de mujeres se elevó un 20.71%, al pasar de 448,581 antes del inicio de la emergencia sanitaria –declarada el 31 de marzo de 2020– a 541,851 hasta septiembre de 2021; en contraste, el número de hombres en empleos informales subió un 10.14%, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Estas 93,279 mujeres que se sumaron a la informalidad laboral en ocupaciones como comercio en vía pública, trabajo doméstico, reparto a domicilio, boleo, cuidado de vehículos, entre otras, llegan en un momento en el que los ingresos de este sector de los trabajadores han sufrido.
Las personas en la economía informal ganaron durante 2021 apenas un 64% de los ingresos que percibían previos a la COVID-19, de acuerdo con el “Estudio sobre la crisis de la COVID-19 y la economía informal”, elaborado en 15 ciudades el mundo entre ellas, la capital mexicana por la organización Mujeres en Empleo Informal Globalizando y Organizando (WIEGO, por sus siglas en inglés).
Tania Espinosa, coordinadora de WIEGO para la Ciudad de México, señala la recuperación económica en los trabajadores no asalariados ha sido lenta y no hay un plan de apoyo desde el Gobierno capitalino.
“Tienen un poco más de dinero pero no es una recuperación total, más bien los días trabajados siguen siendo menos y por lo tanto los ingresos no pueden ser iguales y eso se refleja por supuesto en la inseguridad alimentaria, donde las personas tienen que cambiar de hábitos alimenticios para alimentarse con el ingreso que están teniendo por la crisis económica”, dice en entrevista con Expansión Política.