Mientras la actividad en el espacio público de la Ciudad de México ha bajado por la suspensión de clases y por una disminución del trabajo de las oficinas debido a la actual contingencia sanitaria, los comerciantes ambulantes siguen saliendo a intentar vender en calles escasamente transitadas.
A más de un mes de que el primer caso de COVID-19 se detectó en México a finales de febrero y luego de las medidas de distanciamiento social establecidas para prevenir contagios, vendedores informales advierten que la situación los ha afectado significativamente.