Con menos ingresos y sin seguridad social, los trabajadores informales que representan el 47% de la fuerza laboral en la Ciudad de México recibieron un duro golpe durante la pandemia de COVID-19.
La organización Mujeres en Empleo Informal: Globalizando y Organizando (WIEGO, por sus siglas en inglés) impulsa la iniciativa de crear un Ingreso Mínimo Vital para quienes se ganan la vida como boleadores, vendedores callejeros y trabajadoras del hogar, entre otros.
“La pandemia dejó al descubierto lo vulnerables que son económicamente. Por ejemplo, ante el cierre de oficinas y otros lugares donde hay afluencia de personas que es de lo que estos trabajadores viven, sus ingresos se vieron disminuidos o de plano no pudieron salir a trabajar
“En esos momentos estaba en riesgo literalmente su subsistencia al vivir al día”, señala Tania Espinosa, coordinadora para la CDMX de WIEGO, en entrevista con Expansión Política.
Como muestra, antes de la pandemia los trabajadores informales laboraban 5.7 días a la semana, mientras en julio de 2020 sólo 1.8 días; sus ingresos también cayeron de 275.7 pesos a 50.6 pesos por día como ingreso promedio, de acuerdo con el ‘Estudio sobre la crisis de la COVID-19 y la economía informal’, realizado por la organización en la Ciudad de México.
Esta situación en la que se encuentran muchos de los grupos de trabajadores en donde no hay una protección legal adecuada y reconocimiento de derechos.
Apoyos dados por el Gobierno capitalino como el Seguro de Desempleo se quedaron cortos pues excluyó a los trabajadores informales, además de agotarse los recursos el 30 de junio, cuando la convocatoria estaba prevista para cerrar en agosto de 2020.
Mientras, la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo (STyFE) ofreció un único apoyo de 1,500 pesos para trabajadores no asalariados sólo si contaban con licencia y credencial.
“Aunque el ingreso fue de ayuda para los trabajadores, no fue suficiente para cubrir todos los gastos básicos durante toda la pandemia.
“Urge que el Gobierno de la ciudad cuente con una política que se active inmediatamente en casos de crisis o emergencias que pone en riesgo la subsistencia de las personas más vulnerables económicamente en la ciudad”, plantea la coordinadora de WIEGO en CDMX.
La propuesta plantea que el Ingreso Mínimo Vital sea dirigido a trabajadores informales en situación de pobreza, así como a quienes tienen empleos precarios.
Así durante situaciones como una pandemia o desastre natural, podrían recibir apoyos por el equivalente a un salario mínimo durante seis meses o al menos por encima de la línea de pobreza alimentaria, explica Espinosa.
Aunque debe ser evaluada por las autoridades en cuanto a su viabilidad y los recursos que se le debería asignar al programa, la representante de WIEGO considera que se debe avanzar para hacer realidad lo indicado en la Constitución de la ciudad.
“Todas las personas tienen derecho a un mínimo vital para asegurar una vida digna en los términos de esta Constitución”, indica el Artículo 9.
La respuesta ya está en la Constitución, en vez de improvisar deberían buscar cómo cumplir.
La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, ha rechazado la idea de un Mínimo Vital universal por considerarlo imposible con el presupuesto de la capital, sin embargo, con la propuesta enfocada en un sector específico y vulnerable, corresponde sólo a entre el 3 y 7% de los recursos públicos de la ciudad.
WIEGO tendrá una reunión en los próximos días con Almudena Ocejo, titular de la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social (Sibiso), y esperan al inicio de la próxima legislatura del Congreso local en octubre para acercar la propuesta a los diputados,
