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#YovsCoronavirus | Sufrí discriminación en Inegi por ser sospechosa de COVID

Durante su trabajo como encuestadora del Inegi, Brenda presentó síntomas de coronavirus, motivo por el cual la discriminaron y le atrasaron sus pagos.
mar 05 mayo 2020 11:08 AM
Trabajadores del INEGI se manifestaron por que les rescindieron su contrato de trabajo de manera unilateral
CONTRATO. A principios de abril, trabajadores del INEGI se manifestaron en Palacio Nacional porque les rescindieron su contrato de trabajo antes de lo pactado.

“Brenda” fue una de las 15,000 personas encargadas de levantar el Censo de Población 2020 que realizó el Inegi. Le tocó el centro de Coyoacán, donde hasta hace unas semanas había paseantes locales y extranjeros caminando por las calles de ese espacio turístico urbano.

Una mañana se percató que tenía un fuerte dolor de cabeza, fiebre y tos seca. Fue a su clínica del ISSSTE y le dijeron que mejor “se guardara en su casa”, y le recomendaron enviar un mensaje con la palabra "covid19" al número 51515 para saber si podría ser portadora, pues sus síntomas así lo indicaban.

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Decidió ser responsable y atender la indicación de no salir a la calle, ni al trabajo. No sabía que informárselo a sus superiores le generaría retrasos en sus pagos, ser víctima discriminación e incluso de parte de sus vecinos cuando llegó a su hogar el Kit COVID, que entregó el Gobierno de la Ciudad de México.

En entrevista, la joven recordó que al estar en su labor de calle presentó los primeros síntomas, sin embargo, pensaba que era cansancio o el hecho de estar expuesta al sol.

Mientras yo estaba levantando una entrevista me dio un ataque de tos, súper fuerte, yo pensé que iba a espantar a la persona. Dije, ahorita me va a aventar agua”.

Esa tos la preocupó, pero lo que detonó su miedo fue que amaneció con un dolor intenso de cabeza, un padecimiento muy raro para ella porque no suele sufrir de jaqueca. Por ello envió "covid19" al número 51515, el resultado fue: “alta probabilidad de tener COVID-19”. A los cinco minutos le marcaron de Locatel para corroborar sus datos para enviarle su kit y para informarle que un médico de la Secretaría de Salud le daría seguimiento a su caso.

“Me dijo el médico que debía permanecer aislada, que no debería salir de mi cuarto, mantener ventilación, desinfectar el baño si compartía el hogar con alguien y así es, vivo con mi hermano, pero él no presentó ningún síntoma”, explicó.

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“Brenda” compartió que, al ser sospechosa, el médico de la Secretaría de Salud le pidió no salir de casa ni ir a un hospital porque si realmente era portadora podía contagiar a alguien y en caso contrario, podría contraerlo.

Por su bien y por el de los demás, contó, decidió seguir las recomendaciones, así que le envió un mensaje a su supervisora para explicarle la situación y le dijo que no había problema que no acudiera a trabajar, pero que se le descontaría su día, pese a que era sábado.

En esos días llegó el kit con 1 termómetro, 28 cubrebocas, paracetamol para 14 días, gel antibacterial para 14 días y un instructivo de cuidados; lo que generó sorpresa de sus vecinos quienes pidieron sanitizar todos los espacios porque había riesgo latente de más contagios.

En seguimiento a su caso, personal de la Secretaría de Salud le llamó para decirle que si los síntomas disminuían era innecesario acudir al hospital a practicarse la prueba.

Con la declaración de la emergencia sanitaria, el gobierno federal canceló la realización de todas las encuestas, con lo que el Inegi daría por concluidos antes de lo previsto los contratos, por lo que les pidieron las mochilas y las herramientas que les habían entregado para realizar su trabajo, fueron advertidos de que si no lo entregaban serían denunciados por robo a la federación.

Pese a su confinamiento y a la emergencia sanitaria, su jefa Patricia le pidió acudir a las oficinas de Miguel Ángel de Quevedo por material porque ahora trabajarían en casa. Brenda no podía salir, así que una compañera se ofreció para apoyarla. Sin embargo, notó una actitud de molestia en su superior.

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“Me llamó toda molesta. Me dijo que era una irresponsable por querer continuar trabajando porque iba a estar tocando las cosas que me iban a dar, como sobres, hojas. No me dejaba hablar, siguió insistiendo en que yo era irresponsable y que mi caso ya había subido a su jefa y a que no me iban a dar el convenio para trabajar en casa porque estaría arriesgando a todos”, explicó.

Al hablar con el jefe de Patricia, él le indicó que acudiera a las oficinas para que se le diera el material. Al ser su único ingreso económico, se cubrió de pies a cabeza y acudió. Allí la atendió Diana Bonilla, quien en cuanto supo su nombre cambió de actitud.

“Le dije mi nombre y cambió toda la cara y la actitud. Me dijeron que tenía faltas, después me dijeron tú eres sospechosa. Dominique, otra de las jefas, comenzó a atacarme. Yo tengo asma, tú eres un problema aquí, en este momento me puedes estar contagiando; les dije que me estaban discriminando; yo me puse a llorar, ellas se reían de mí. Me trataron como bicho raro", indicó.

Brenda afirmó que de no haber compartido con sus jefes sus sospechas de ser portadora de coronavirus, no hubiera enfrentado esta situación que incluso le generó retrasos en su pago como encuestadora del Inegi.

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