En su informe sobre el Fondo de Capitalidad —ya desaparecido—, la ASF señala que revisó una muestra de 2,293 millones de pesos. A raíz de ello, encontró irregularidades que se traducen en los 307 millones de pesos cuyo uso aún está por aclarar.
De ese monto, 57.7 millones de pesos corresponden a recursos que la pasada administración capitalina no reintegró a la Tesorería de la Federación (Tesofe), 168.5 millones de pesos son de gastos no comprobados y 80.9 millones de pesos se derivan de proyectos pagados por la capital, sin que se demostrara que su autorización, adjudicación, contratación y ejecución se apegaran a la ley.
Acerca de los 168.5 millones de pesos de gastos no comprobados, el informe advierte que las instancias que deben rendir cuentas de ese dinero son la Agencia de Gestión Urbana —la AGU, ya extinta, y cuyas funciones fueron absorbidas por la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse)—, el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) y el Sistema de Transporte Colectivo Metro (STC).
Los 80.9 millones de pesos de proyectos pagados sin que se demostrara que se apegaron a la ley corresponden a diversos trabajos hidráulicos en las demarcaciones de Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, Iztapalapa, Tláhuac y Xochimilco. El más costoso de ellos fue la primera etapa de la sustitución del acueducto Chalco-Xochimilco, en Canal Nacional, por la que se pagaron 31.8 millones de pesos.
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